? En el mundo, uno de cada 4 hombres y una de cada 5 mujeres tienen problemas a causa de la hipertensión arterial.
La hipertensión arterial es la causa del mayor número de muertes tempranas en el mundo, solo en el 2015 se registraron 9.4 millones fallecimientos prematuros.
El 25% de los hombres y el 20% de las mujeres en el planeta sufren hipertensión arterial elevada, y de ellos, solo una quinta parte mantiene controlada la enfermedad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Para finales del 2019 la Caja se Seguro Social (CSS) señaló que en Panamá, del 20 al 25% de las muertes registradas anualmente están relacionadas con la hipertensión arterial. También muestran que el 95% de los casos registrados con esa enfermedad son de origen desconocido, pero existen factores genéticos que influyen, como la herencia y la raza. Además, es más común en las mujeres; sin embargo, en los hombres se presenta con mayor severidad y aparece más temprano. En general hasta el 35 % de la población panameña podría tener alguna complicación por presión alta.
La falta de control podría generar complicaciones como dolor torácico, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, ritmo cardíaco irregular, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y problemas en los ojos, entre otros.
La hipertensión arterial o presión alta es un trastorno que ocurre cuando la sangre circula con más fuerza de lo habitual, lo que provoca que los vasos sanguíneos y el corazón deban hacer un esfuerzo adicional para garantizar la circulación de la sangre en todo el cuerpo. Esta condición podría generar que eventualmente un mal funcionamiento del corazón o dolor en el pecho, entre otras complicaciones.
La hipertensión se ha convertido en un problema frecuente en la población, especialmente en los países de ingresos bajos por falta de acceso a los servicios de salud o por desconocimiento de la enfermedad, lo que podría provocarles la muerte. En contraste, en los países de mayor ingreso, se han mejorado los procesos de diagnóstico y tratamiento temprano, con lo que también se ha venido disminuyendo la mortalidad por complicaciones cardíacas.
Especialistas recomiendan verificar de manera constante la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea es un paso importante, ya que la primera hace referencia a la cantidad de latidos del corazón, y su rango debe encontrarse en un adulto en reposo entre 60-100 latidos por minuto (bpm) y la presión sanguínea se mide en el momento que el corazón se contrae y se relaja, con datos que normalmente se encuentran entre 120/80. Si la lectura de la presión sanguínea refleja de manera constante datos de 140 sobre 90, se diagnostica como presión alta, por lo que se recomienda llevar un registro para obtener más datos e información comparativa que pueda confirmar el padecimiento por parte del médico tratante.
Para un diagnóstico acertado, el médico puede recomendar otras variantes de pruebas, entre ellas el monitoreo de la presión arterial constante, a través de un dispositivo que brindará un panorama más preciso de los cambios en la presión arterial. Además, se puede solicitar análisis de laboratorio (orina, sangre y colesterol), un electrocardiograma con el fin de medir la actividad eléctrica del corazón y el ecocardiograma para descartar otras enfermedades cardíacas.
Con información de Astrazeneca y la CSS