A la espera de debates sobre las amenazas de boicot al Mundial de Catar 2022 o sobre el proyecto de la Superliga europea, una nueva batalla se avecina el viernes en el congreso de la FIFA, la idea de organizar la Copa del Mundo cada dos años.
Inscrita en la agenda por la Federación Saudí, próxima al presidente de la FIFA Gianni Infantino, esta propuesta puede seducir a los grupos de televisión, pero también alterar a ligas nacionales, confederaciones y clubes, que constatan el agotamiento de sus jugadores.
La 71ª asamblea de la instancia que dirige el fútbol mundial, que iba a celebrarse en Tokio y que finalmente será en videoconferencia, no tratará el cambio en el Mundial, que se disputa cada cuatro años desde 1928 en categoría masculina y desde 1991 en femenina, de manera inmediata.
Pero el simple hecho de hacer «un estudio sobre la posibilidad y las consecuencias de la organización» del Mundial masculino y femenino «cada dos años», idea de la que se habla en las últimas semanas, tiene el efecto de una bomba.
Batalla por los derechos TV
El 3 de marzo, el francés Arsene Wenger, leyenda del banquillo del Arsenal y actual director de desarrollo de la FIFA, habló en una entrevista con el diario francés Le Parisien de la posibilidad de «organizar cada dos años» la copa del Mundo, la Eurocopa, la Copa América y el resto de competiciones continentales, «deteniendo el resto».
Calificada por «irreal» por la Asociación de Ligas Europeas, que agrupa a una treintena de campeonatos del continente, la idea figura en un informe entregado la semana pasada por Wenger, que recomendó el sábado «dedicar cada final de año a una gran competición».
Una reforma del calendario de este calado golpearía a los partidos amistosos y reorganizaría las fases de clasificación.
El impacto económico también es incierto. «Atención al riesgo de convertir al producto en menos especial, por lo que menos prestigioso», señaló Raffaele Poli, responsable del observatorio de fútbol CIES, en Neuchatel (Suiza).
‘Posición de negociación’
Como ocurre a menudo, Infantino cultiva el misterio sobre sus intenciones. A finales de marzo aseguraba estar abierto «a todo» sobre el calendario internacional más allá de 2024 y a principios de mayo prometió «conversaciones interesantes» sobre las propuestas de Wenger.
Su prioridad es mantener el espacio para su Mundial de Clubes ampliado a 24 equipos, proyecto aplazado por la pandemia, combatido desde sus inicios por la UEFA y la Conmebol, y que permitiría a la FIFA reforzar su posición en el lucrativo mundo del fútbol de clubes.
Para Poli, la idea de un Mundial cada dos años puede ser solo «una posición de negociación» de la instancia para lograr un compromiso más favorable sobre el calendario internacional, logrando por ejemplo un acuerdo sobre su Mundial de Clubes.
Tras la reforma de la UEFA de su Liga de Campeones, a partir de 2024, con 100 partidos suplementarios, la FIFA «quiere mostrar que ella también puede saturar el calendario», señaló el responsable del CIES.
Queda por ver cómo reciben estas maniobras los campeonatos, entrenadores, jugadores y aficionados, enfadados tras el episodio de la fallida Superliga y por la falta de consulta en las decisiones sobre el calendario.
«Quizás deberíamos preguntar a la UEFA y a la FIFA que amplíen los años. Quizás podríamos tener 400 días por año», bromeó a mediados de abril Pep Guardiola, entrenador del Manchester City.
Lausana, Suiza. AFP