Panamá, pasó de ser el país que por más tiempo tuvo vigentes las restricciones a la movilidad, la mayor mortalidad por 100 mil habitantes, y una ola que alcanzó su cúspide el 6 de enero de este año con el registro de 5, 816 nuevos casos en 24 horas; a uno que ha logrado controlar la trasmisión del virus SARS-COV-2, y, sostener en el tiempo el desempeño de la actividad económica y de la vida social.
Las medidas de restricción a la movilidad por género, o el largo período de tiempo en que estuvieron vigentes, fueron objeto de titulares en medios internacionales. Las críticas de la ciudadanía fatigada por la pandemia, se dejaron sentir en el transcurso de los 7 meses más difíciles para el país.
Una desescalada gradual en junio, disparó la curva de trasmisión del virus SARS-CoV-2.
En noviembre pasado, la reactivación comercial, el incremento del movimiento de la población y la indisciplina en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad, dispararon los nuevos casos y las muertes.
El resultado fue un peligroso aumento de trasmisión de esta enfermedad respiratoria, que colocó al sistema hospitalario al borde de un colapso.
El doctor Leonardo Labrador, jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud (Minsa), en una entrevista exclusiva concedida a Destino Panamá, explicó cómo se logró dar un golpe de timón para detener este repunte que, además, estuvo a punto de que el linaje circulante fuera declarado como una variante de interés mundial, (VOIC).
El violento impacto de las fiestas de fin de año
En diciembre, el número de casos y muertes por la COVID-19 se dispararon de forma alarmante, obligando a las autoridades a adoptar medidas que permitieran manejar la crisis hospitalaria que se cernía.
Esta ola de COVID-19, fue resultado de la reapertura en noviembre pasado que coincidió con las fiestas de fin de año.
La movilidad colectiva, aumentó junto con el incremento de la actividad comercial propio de las fechas, colocando al país al borde de una crisis sanitaria que no se había producido en los primeros meses de la pandemia.
Semanalmente se reportó el deceso de no menos de 43 personas, mientras que los contagios no bajaron de 3,500.
La mayor proporción de muertes se presentaron en la población masculina en todos los grupos de edad.
Las autoridades dispusieron fortalecer la infraestructura de salud, pero la advertencia que se asomaba obligó a emitir normativas para prohibir los conglomerados de personas, al constituirse estas, en el origen de repunte.
Las medidas de bioseguridad son eficaces
Se trazó un plan de reapertura limitando la movilidad por género, número de cédula, horarios, toques de queda, y cuarentenas restrictivas.
Estos instrumentos resultaron ser efectivos y eficaces, para bajar y controlar la curva en aquellos sitios donde se la contagiosidad del virus aumentó o se descontroló, explicó el doctor Labrador.
Finalmente, el Minsa determinó que las reaperturas estarían sustentadas en el comportamiento de la población que de forma disciplinada cumpliera con el uso de mascarilla, distanciamiento social, lavado frecuente de manos, y evitara las concentraciones.
La gran lección de este momento fue que, la movilización de las personas y la indisciplina con las medidas de salud, catapulta la curva de contagios, incluso de forma exponencial como sucedió a fines de diciembre.
Las autoridades están obligadas a controlar la trasmisión, ordenando toques de queda, y limitando la movilidad.
Este modelo está siendo aplicado en otros países relató el Jefe de Epidemiología. Costa Rica, Colombia, en Centroamérica e incluso México lo han adoptado por los resultados que se logran para controlar la trasmisión de un virus, que, ha cobrado la vida de 6, 347 personas.
El Rt está estable a pesar de los brotes focalizados
El doctor Labrador informó que el Rt del país, se situó esta semana en 1.10 , reflejando una disminución con respecto a la semana anterior, cuando totalizó 1.19.
“El Rt está mostrando una tendencia a la baja”, pero como explicó “ en el desglose por regiones hay algunas que tienen un Rt mayor que está empezando a duplicar los casos”.
Una de estas regiones es la comarca Guna Yala que tiene un brote, y el Rt se observa aumentado, detalló.
En las provincias de Chiriquí y Veraguas también se registraron brotes que, obligaron a las autoridades a dictar medidas restrictivas, de forma particular para evitar las actividades sociales nocturnas.
El control del desplazamiento de la población ha resultado en una estabilización del RT, manteniéndolo en 1.2.
Como resultado de estos incrementos focalizados, el Rt del país se impactó, elevándose por encima del rango ideal que es menor a 1.
Otras regiones con incidencias más bajas, están comenzando a mostrar aumentos, lo que dispara las alarmas de las autoridades de salud.
La región metropolitana y la provincia de Panamá Oeste, que fueron el epicentro de la COVID-19 en diciembre pasado, están siendo vigiladas de cerca, precisamente porque son puntos de mayor movilización comercial y social.
El aumento en los contagios en estas dos regiones, tendrían una repercusión en todo el país, alertó Labrador.
La positividad en la región metropolitana se sitúa en 3%, y de forma estables, explicó Labrador.
Bellavista, San Francisco, Juan Díaz, Parque Lefevre, y en Juan Díaz; Costa del Este, están mostrando un incremento en las infecciones a diferencia de lo que se verificó en diciembre en los corregimientos de Tocumen, y La 24 de Diciembre.
La variante de B.1.1.7 circula en San Francisco
En el país ha circulado un solo linaje del SARS-COV-2 desde marzo de 2020, explicó el doctor Labrador.
“Se trata de una variante propia que no es agresiva ni de mayor transmisibilidad y que representa más del 90% de los casos registrados”, detalló.
La vigilancia genómica que realiza el Instituto Conmemorativo Gorgas, ha captado a tiempo otros linajes del virus, permitiendo una acción rápida para impedir la propagación en el país.
La localización de la variante 501.V2 encontrada por primera vez en Sudáfrica, la P.1 en Japón de un pasajero proveniente de Brasil, la B.1.167 de la India, el linaje de California, y de Nueva York fueron controladas con cuarentenas y, sin mayores consecuencias para la salud pública.
Sin embargo, hay un predominio un poco más elevado de la variante B.1.1.7 detectada en el condado de Kent, Reino Unido; en el corregimiento de San Francisco, reveló el Jefe de Epidemiología del Minsa.
Las autoridades están adoptando medidas de promoción e intervención, no solo con los pasajeros que llegan al país, sino también con los residentes del corregimiento.
La pandemia en Panamá, nos ha enseñado que mientras actuemos de forma disciplinada acatando las medidas de bioseguridad, no solo se impedirá la adopción de acciones que van a limitar nuestra movilidad sino a cuidar la vida de cada uno de los habitantes. Junto a esto, la vacunación y el cuidado permanente; contribuirán al retorno de la vida que dejamos atrás.