Dejar una marca en lo que haces es posiblemente el sueño de todo profesional, ya sea destacando en el deporte o en tu actividad laboral, en ambas se disfruta igual. Hace poco un futbolista nacido aquí en el istmo, logró escribir su nombre con letras doradas dentro del balompié centroamericano y eso es motivo de satisfacción para los que amamos este deporte.
Se trata de Nicolás Armando Muñoz Jarvis, un panameño que con su doblete en la victoria del CD Águila 4-0 ante el club Sonsonate, se convirtió en el Mayor anotador de la historia del fútbol profesional en El Salvador.
295 goles son los que ahora acompañan a este artillero, uno más (294) que William Reyes, jugador que ostentaba el récord hasta el pasado 31 de marzo de 2021.
Destino Panamá tuvo la oportunidad de conversar con el cotizado delantero canalero, quién además de detallarnos cómo vivió aquel memorable día desde antes de entrar al engramado, nos contó aspectos curiosos de su carrera y hasta un posible regreso a la selección nacional.
Antes del partido aquel 31 de marzo, ¿Qué pasaba por tu mente?, ¿Tenías el doblete como meta?
Desde días atrás tenía una fascitis plantar y eso muchas personas no lo saben. Hablé con el doctor del club por lo importante que era el partido, él prefirió darme un descanso de dos días. El equipo no andaba bien, me necesitaban. Luego se decidió infiltrarme y al final, con solo dos entrenamientos previos, quedé listo para ese partido ante Sonsonate.
Amaneció el 31 y sentía que algo importante iba a pasar, se lo expresé a mis hijos, ellos justo ese día tenían entrenamiento en su escuela de fútbol; decidieron acompañarme al estadio, me decían que ese día rompería el récord. Yo sabía que algo bueno pasaría ese día.
En el medio tiempo ya tenías un gol e igualabas el récord, ¿Cómo lo viviste?
En verdad tenía como 12 compañeros que estaban hasta más presionados que yo. Estaba tranquilo. Ellos en la semana se la pasaron recordándome eso a cada rato. Busqué estar calmado, tengo experiencia y sabía que donde me pusiera a pensar en eso iba caer en la desesperación y los goles menos llegarían.
Nos quedó como una sensación muy linda porque hacía mucho tiempo que no ganábamos con tanta tranquilidad en el Barraza (estadio del CD Águila).
En la jugada del gol 295, ¿Qué pensaste cuando te estabas llevando al guardameta?
Todo fue tan rápido. La afinidad con el compañero que me dio la asistencia es grande, compartimos camerino incluso, nos conocemos bastante en verdad. Solo recuerdo que cuando anoté miré al línea (árbitro asistente) y vi que el corrió al medio, así que supe que estaba habilitado.
Era consciente que tenía que hacer esa jugada mucho antes de llegar a Vega (arquero de Sonsonate) porque es un portero muy grande, él no se la esperaba. Mi intención principal era que él no me tocara ya que seguro hubieran cantado falta y no quería que el gol del récord llegara por un penal.
¿Y cuando se da el momento y el balón toca las redes?
Lo celebré con todo, el cuerpo se me erizó, lo grité como si fuera mi primer gol, sabía que era una cifra importante y era el gol que iba hacer valer tanto sacrificio.
El primer gol también fue muy bonito por cómo me alcé. Incluso tuve otra oportunidad y si anotaba con la zurda era un hattrick perfecto, las oportunidades las tuve, pero lastimosamente no se dio.
Cuando tus compañeros se acercan a celebrar ese último gol contigo, ¿Qué te dicen?
Me felicitaron hasta ya no más. Sentí sus buenas vibras y que lo decían con el corazón. La fanaticada también a pesar de ser poca, por temas de COVID-19, me ovacionó.
Lo más curioso se dio con el árbitro quien se acercó para sacarme la tarjeta amarilla por quitarme la camiseta, pero luego también me felicitó. Fue un momento demasiado bonito y aún mejor al poder tener a mis hijos cerca, mi mayor orgullo siempre será que cuando vayan caminando en Panamá o en El Salvador puedan escuchar cosas positivas de su padre.
Llegas a casa con el récord alcanzado, ¿Hay fiesta?, ¿Cómo te reciben?
Como era miércoles no me imaginaba mucha celebración, los partidos entre semana tienen que no te permiten celebrar mucho porque debes volver a los entrenamientos pocas horas después, pero ese día llegué y mi esposa junto con unas amigas tenían toda una celebración armada. Globos, suéteres con mis goles, pastel y un asado, de todo, en fin.
También tuve una videollamada con mi familia de Panamá, eso fue lo que más me conmovió. Al día siguiente de vuelta a la cancha.
Los días posteriores con la prensa y la gente en El Salvador, ¿Cómo fueron?
A pesar que no suelo ver muchos programas de fútbol acá en El Salvador si llegué a escuchar y ver algunos por curiosidad más que nada. Recibí una invitación de la embajada de Panamá por parte del presidente ‘Nito’ Cortizo, lo cual me sorprendió.
Muchos mensajes de apoyo en redes también, ni siquiera he podido contestarlos todos y cuando salgo a la calle es una locura, ya te podrás imaginar. Seguramente pronto vendrá el gol número 300 y eso también será otra emoción grande, llena de entrevistas y demás.
Tu relación con William Reyes luego de sobrepasar su cifra de 294 goles, hablamos de ello.
Fíjate que con William había una buena relación, fuimos compañeros en varios clubes, pero ahora después de sobrepasar su marca lo he sentido distante. Incluso solo me felicitó por un mensaje de Facebook. Ahora sale diciendo por allí que quiere volver al fútbol profesional, todo muy raro la verdad, supongo que como todo ser humano lo ha movido un poco haber perdido el récord. Fuera de las canchas espero seguir contando con su amistad, así que buscaré conversar con él y que todo se quede en lo deportivo.
Sabiendo que te infiltraste para aquel partido, ¿No temiste de una lesión peor al final quedándote sin récord y sin temporada?
Como futbolista uno sabe los riesgos, pero así mismo también conoce su cuerpo. Siempre he dicho que la infiltración es mala, pero en verdad más que por mí, lo hice por la necesidad que tenía el club y porque quería que tuvieran lo mejor en cancha. Al final gracias a Dios pudimos ganar.
Después sabía que venía lo malo y así mismo fue. En el partido siguiente la molestia se convirtió en rotura y la infiltración tiene un 80% de la culpa.
Sabiendo que tus hijos practican fútbol, ¿Qué consejos les darías?
Por momentos no quisiera que fueran futbolistas y lo digo más que nada porque esos insultos que recibí y esos tratos cuando tenía un mal partido, no me gustaría que ellos lo tuvieran.
Pero bueno el grande juega de delantero ‘9’, muy parecido a mí, a veces me saca lágrimas porque lo veo y me recuerda mucho mis inicios, solo que él es zurdo. Pero así mismo no quisiera que le gritaran cosas o le digan: “Tu papá era mejor”, eso me rompería el corazón. También le he dejado la vara bastante alta por si quiere superar el nuevo récord de goleo (risas).
Después del confuso inicio de temporada donde te sacaron y te incluyen a días de iniciar el torneo, ¿Qué dicen los directivos del Águila luego de superar la marca?
Fue un momento muy duro, acabábamos de perder la final. Yo me enteré estando en Panamá y por redes sociales, ni siquiera fue en persona. Mi familia en Panamá me ayudó mucho a quedarme tranquilo, a los pocos días recibo la llamada del club disculpándose y diciéndome que era un error. Era un problema con el entrenador, no con los directivos.
Al final decido volver porque Águila es el club que amo, ignoré todo eso que me habían dicho porque quería romper el récord en este club, y a pesar que el director técnico no me iba tomar mucho en cuenta, pues lo logré y estoy muy feliz.
Un último partido con la selección panameña, ¿Qué dices?
Me veo. He visto los últimos partidos de la selección y por qué no, de verdad me veo. Dejaré de ser elegible en el momento en que me retire, ya lo de la edad quedó demostrado que es un mito.
Nadie de FEPAFUT me ha escrito en este 2021, pero no importa, puede darse una situación viendo como están los problemas en ofensiva y que se vienen más partidos y Copa Oro. Por supuesto que también quiero que los muchachos mejoren, porque como panameño obvio que quiero que nos vaya bien y terminemos primeros del grupo en las eliminatorias.