Soluciones y velocidad

A estas alturas del partido, en lenguaje claro y llano, resulta evidente que la pandemia ha provocado la mayor crisis económica de los últimos 120 años en Latinoamérica.

A lo largo del 2020, la pobreza extrema en la región alcanzó los 209 millones de personas, sumando la impresionante cifra de 22 millones de nuevos pobres sólo en los últimos doce meses. De aquél gran total, 78 millones se encuentran sumidos en niveles de pobreza extrema, lo que significa 8 millones más que en el mismo período del 2019, según apunta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en su informe “Panorama Social de América Latina 2020”.

A lo largo de la pandemia, 59 millones de latinoamericanos -que en 2019 formaban parte de los estratos medios- sufrieron un acentuado desmejoramiento de sus niveles de vida. El nivel del PIB per cápita terminó el año pasado en niveles semejantes a los de 2010, lo que implica que la región enfrenta una nueva década perdida igual que la vivida en los años ochenta.

Estos nuevos niveles de pobreza resultan más acentuados en las áreas rurales, en los segmentos de niños y adolescentes, indígenas, afrodescendientes y en la población con menores niveles de educación.

Por todo lo anotado, nos encontramos en un punto de inflexión donde resultan cruciales las iniciativas generadas por quienes manejan la maquinaria del Estado. Se requieren estrategias inmediatas y efectivas para incentivar las inversiones y la consiguiente generación de empleos.

Resulta urgente lograr un eficiente proceso de vacunación, apuntando a la tan añorada inmunidad de rebaño, para lograr una pronta recuperación en todos los órdenes. Sin olvidar que la educación recibió los más duros embates del nuevo coronavirus y reclama especial atención.

Y, sobre todo, se impone la formulación de un nuevo “contrato social” que reinvente las estructuras sobre las que descansa la vida nacional; porque volver al modo de hacer las cosas antes de la crisis sanitaria no es una opción si lo que deseamos son resultados distintos: si lo que soñamos es un nuevo país.

 

 

 

 

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