Gerardo Berroa: «Quiero ser un escritor que trascienda el nivel panameño»

Gerardo Berroa autor de la obra “El Secuestro de Zeus”, que acaba de salir de la imprenta. BR

Gerardo Berroa Loo es un hombre multifacético. Su trabajo va de un extremo al otro, de periodista a empresario agrícola, de escribir editoriales a autor de la obra “El Secuestro de Zeus”, que acaba de salir de la imprenta. Cuenta que desde muy niño quería escribir un libro, una obra de teatro; películas e incluso canciones. Finalmente lo logró.

Tras escribir una colección de cuentos que no ha salido al público, se lanza a una nueva faceta con “El Secuestro de Zeus”, su primera obra biográfica. Ahora, su norte es convertirse en un escritor que trascienda el nivel panameño cuando se estrene como novelista con “La Inmigrante”.

En el Secuestro de Zeus, usted relata que Cecilio Padrón vive en Sancti Spíritus, Cuba, desde hace muchos años, ¿cómo fue la comunicación con él para escribir este libro?

Un día Cecilio Padrón me llamó directamente para que nos viéramos aquí en Panamá. Él es un hombre muy directo. Me dijo: yo quiero escribir mi biografía y necesito saber si usted estaría interesado en escribirla y cuánto me va a cobrar. Le dije que sí, me interesaba escribir la vida de Cecilio Padrón, pero que no sabía cuánto le iba a cobrar.

Comencé a averiguar cuánto se cobraba, pero eso no lo tomé en cuenta.  Vi que era la oportunidad para escribir un libro, pero no una obra cronológica, esta era la vida de un hombre que en realidad tiene muchas aristas y disparadores.

Luego de coordinar la logística, nos reunimos una vez al mes o una vez cada dos meses para conversar.

Me exigí mucho al escribir esta obra. Nunca grabé. Mi condición fue tomar los datos, comprender todo muy bien y hacer el escrito, luego se lo entregaba a él.  En oportunidades no veía el material por unos meses porque se lo llevaba a Cuba y cuando regresaba, me lo traía marcado.

BR

¿Por qué Cecilio Padrón lo eligió para escribir el libro?

Yo no imaginé escribir la vida de Cecilio Padrón, pero se dio la circunstancia. Como director del diario La Estrella de Panamá, escribo los editoriales, no desde una perspectiva circunstancial del momento, es decir escribo editoriales sobre los problemas generales del país y la sociedad, combinando elementos históricos y presentes.

Recuerdo que en una conversación que tuve con el dirigente político, Ramiro Vásquez Chambonett, me preguntó por qué no subía los editoriales a mis redes. El periódico estaba en plena “Lista Clinton”, y es cuando comienzo a pasar los editoriales a través de mis redes sociales. Eso empezó a gustarle a la gente y llegó al oído de Cecilio Padrón.

A partir de ahí, él adopta la idea de que le escriba su libro. Fue así como él me eligió y contactó para narrar “El Secuestro de Zeus”.

Hasta ese momento conocía la vida de Cecilio Padrón por los hechos que ocurrieron en 2008. Recuerdo que ese año, un miembro de la embajada estadounidense había revelado que a Cecilio Padrón se lo habían llevado las FARC y en La Estrella de Panamá titulamos: “Las Farc ya secuestran en Panamá”.  Fue muy fuerte.

¿Cómo estructuró la obra, es decir, una vez que entra en el proceso de escritura cómo logra llegar al final?

Yo no me pongo a escribir hasta que no tenga la obra estructurada y justamente eso es lo que toma tiempo, la estructura que vas a desarrollar.

El escribir no es el problema. La gente cree que hay que escribir primero y luego ir desarrollando el texto. Sin embargo, es la estructura la que te permite saber exactamente el principio y el final.

Recuerdo que el periodista y amigo Marcelo Larraquy, a quien conocí en el diario La Prensa, me dijo que cuando uno va a escribir una obra tiene que tener un punto de entrada, luego desarrollar los capítulos de la obra y la conclusión.

Yo creo que fue esa misma estructura mental que desarrolló Mario Vargas Llosa en “Travesuras de la niña mala”, una obra extraordinaria, que al final conjuga una historia de amor con la lucha de un movimiento guerrillero que quiere tumbar el status quo en toda la región.  

E. Ortiz

En el libro, la documentación y fotografías juegan un papel importante para entender los hechos.

Sí, muchas de las cosas que me tomó tiempo fue cotejar las vivencias de Cecilio Padrón versus la historia registrada de los hechos.

Comencé a ver y leer registros históricos sobre la guerra en el Congo y la historia de Joseph- Désiré Mobuto. También la documentación de la invasión de Bahía de Cochinos; si el número de la brigada coincidía con la que Cecilio decía. En ese tipo de información no se puede errar.

Una de las cosas que llama la atención es cómo un hombre de 80 años recuerda tantos detalles. ¿A usted qué le sorprendió de Cecilio Padrón?

Cecilio Padrón es un hombre extremadamente lúcido.

Cada capítulo de su historia es un libro. En “El Secuestro de Zeus”, él revela muchas cosas interesantes de su vida, por ejemplo el capítulo de la invasión de Bahía Cochinos tiene una historia por sí sola.

La historia con las mujeres es bárbara. No comprendo a ese Don Juan cubano, que se casa con las mujeres y al final termina divorciándose.

Cecilio no ha dejado de ser el campesino humilde que nació y creció en Cuba. Aún con todas las circunstancias de Cecilio Padrón y sus millones, él sigue siendo el hijo de Sancti Spíritus.

Panamá no es país de secuestros. ¿Qué pasó en el caso de Cecilio Padrón?

Muchas preguntas se han hecho respecto a este caso.

Cecilio es un hombre con características únicas. Por lo general, un empresario que decide hacer una inversión inmobiliaria en Panamá, jamás se dedica a manejar la tierra (el empresario contrata a otra persona para hacer el trabajo), sin embargo, a Cecilio le gustaba trabajar en su obra y llevarla hasta el final. Yo creo que esa exposición tejió comentarios entre los obreros.

Algún trabajador del edificio Zeus fue el que lo vendió. Entonces los policías que estuvieron vinculados en su secuestro y con ganas de dinero también lo venden a un comprador mayor que quería sacarle provecho a esa mercancía. Por eso es el intercambio.

La periodista Elisabel Marivit con Gerardo Berroa durante la entrevista. BR

¿Por qué leer El Secuestro de Zeus?

Esta es una obra narrada de una manera muy jocosa que llega hablando de las mujeres en la vida de Cecilio Padrón y se cruza con un laberinto de circunstancias que te va llevando a conocer la historia de hechos muy trascendentales, como la invasión de Bahía Cochinos y la revolución cubana.

Yo creo que la vida de Cecilio Padrón es más rica que la del Che Guevara, no tiene absolutamente nada diferente salvo la fuerza que le ha dado Castro a esa figura, pero en realidad es paralela.

Además de un acto creativo, escribir es una rutina física que requiere tiempo. ¿Cómo era un día normal en la vida de Gerardo Berroa el periodista y el escritor?, ¿en qué tiempo escribió el libro?

Desde niño mi norte ha sido escribir un libro, obras de teatros, películas, incluso escribir canciones.

Para escribir esta obra fui muy exigente. Yo soy un hombre madrugador. Todos los días me levanto a las 4:45 a.m. y me acuesto a las 10:00 o 11:00 p.m.

En el caso de “El Secuestro de Zeus”, me obligaba a escribir después que cerraba el periódico. Podía quedarme hasta las 12:00 de la medianoche despierto escribiendo, porque el material tenía que entregárselo a Cecilio para que lo viera antes de irse a Cuba.

“Cecilio no ha dejado de ser el campesino humilde que nació y creció en Cuba”, Gerardo Berroa. BR

Entre escritor y periodista, ¿con qué faceta se queda?

La vida del periodista es la vida del cardiólogo, uno tiene el pulso de la nación en sus manos. Un periodista es exitoso cuando llega a tener una influencia muy grande en la sociedad gracias a su credibilidad, y yo me he ganado esa credibilidad a pulso, pese a los ataques.

El de escritor es de retiro. Sin embargo, no quiero escribir por escribir. Yo hago un esfuerzo enorme en estudiar los contextos, no es que agarro y me inspiro, creo que eso es muy fácil. Yo quiero ser un escritor que trascienda el nivel panameño. Me quiero estrenar como un verdadero novelista o narrador.

Otra faceta que quiero cumplir es la de docente universitario. Tomé un postgrado en docencia superior y, en el mes de julio, estaré comenzando un doctorado en Comunicación por una necesidad que siento de la docencia.

También me gustaría participar en la vida pública desde el Gobierno, es algo que todavía no he hecho y me gustaría en un futuro.

Junto a su hija Guadalupe Isabel Berroa García de Paredes. Edward Ortiz

¿Qué está leyendo actualmente? Hablemos de sus autores de referencia.

Estoy leyendo “Hamlet” de William Shakespeare y “El espía que vino de Israel”, de Ben Dan. Esta última la estoy leyendo para poder escribir una obra que estoy preparando de Ramiro Vásquez Chambonett.

Vásquez Chambonett fue un espía. Él recibía información de los rusos y para llevarla a Cuba tenía que hacer una triangulación. Esta obra era un texto recomendado dentro del entrenamiento que tuvo en Rusia y fue precisamente él quien me aconsejó leerla.

También me gusta la técnica de Mario Benedetti en su libro “La Borra del Café”. Él divide la historia en capítulos y títulos, cada uno independiente del otro, pero cuando los unes, haces un todo. Además es una obra ingenua que me lleva a la vida de mi papá en el campo.

¿Veremos otras obras suyas próximamente?

Paralelo a la vida de Padrón yo empecé la estructura de una obra que se desarrolla en toda Latinoamérica y se llama “La Inmigrante”, y es la vida de una mujer venezolana que se narra en tres días y revela toda la circunstancia de Latinoamérica. Esa obra espero tenerla lista para final de año. Estimo que “La Inmigrante” sea una obra que trascienda.

Como te comenté, también estoy terminando la historia sobre la vida de Ramiro Vásquez Chambonett

Para escribir esta historia nosotros nos reunimos todos los lunes a las 9:00 a.m. para tomarnos un café y conversar. Él llegó a revisar los cuatro primeros capítulos de la historia y murió, pero dejó dicho a sus amigos que debían concluir la obra y les pedía que me ayudaran a terminarla.

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