Cuando los políticos están estancados, Italia recurre a los tecnócratas

La tarea de Draghi es doble: sacar a Italia de la pandemia del coronavirus y reactivar su economía en recesión con una inyección masiva de fondos europeos. Alessandra Tarantino/AFP

En el torbellino de la vida política italiana, desde 1946 los jefes de gobierno suelen cambiar de media cada 14 meses. Y cuando el estancamiento es total, son los tecnócratas los que toman el relevo.

Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE), que nunca ha ocupado un cargo electo en su país, recibió el miércoles el encargo de formar gobierno tras semanas de disputas entre los partidos gobernantes.

«Cada 10 o 15 años nos encontramos inevitablemente en manos de tecnócratas», dijo Lorenzo Castellani, politólogo de la Universidad Luiss de Roma. «De vez en cuando necesitamos un choque para que el país vuelva a la normalidad».

El primer jefe de gobierno demócrata

Carlo Azeglio Ciampi, antiguo gobernador de la Banca d’Italia –el banco central italiano–, al igual que Draghi, fue el primer jefe de gobierno tecnócrata de Italia, al frente de un ejecutivo de expertos que incluía también algunas figuras políticas.

Ciampi dirigió este gobierno en 1993-1994, un periodo en el que el país vivía un escándalo de corrupción nacional revelado por la Operación Manos Limpias, que devastó a los partidos políticos en el poder desde la Segunda Guerra Mundial.

Italia, víctima de la recesión económica, se enfrentó también a una campaña de atentados organizada por la mafia siciliana.

Ciampi fue sustituido por el magnate de los medios de comunicación Silvio Berlusconi tras la victoria de éste en las elecciones legislativas de 1994, pero siguió siendo una figura pública.

Fue ministro de Economía en gobiernos de centroizquierda a finales de los 1990 y presidente de Italia de 1999 a 2006. Murió en 2016 a los 95 años.

Lamberto Dini, antiguo número dos del Banco de Italia, llegó al poder en 1995, tras la caída del primer gobierno de Berlusconi, y permaneció en él cerca de un año. También se quedó en política, como ministro de Relaciones Exteriores entre 1996 y 2001.

Monti el austero

Mario Monti, catedrático de Economía y excomisario europeo, dirigió el último gobierno de tecnócratas de Italia, desde finales de 2011 hasta mediados de 2013.

Tenía una tarea difícil ya que la casi quiebra de la Italia de Berlusconi corría el riesgo de hacer caer toda la eurozona.

Al frente de un gobierno de unidad nacional, popular al principio de su mandato, Monti puso en orden las finanzas del país a costa de dolorosas medidas de austeridad.

Su carrera política fue luego un fracaso, ya que el partido centrista que fundó para presentarse a las elecciones generales de 2013 no tuvo éxito.

Monti es actualmente senador vitalicio, nombrado por el exjefe de Estado Giorgio Napolitano.

¿Draghi será el salvador?

La tarea de Draghi es doble: sacar a Italia de la pandemia del coronavirus y reactivar su economía en recesión con una inyección masiva de fondos europeos.

Italia espera recibir la mayor parte del fondo europeo de recuperación –unos 200.000 millones de euros, 239.000 millones de dólares–, pero debe presentar a Bruselas un plan de gastos creíble.

«En lugar de tener que imponer políticas de austeridad (…) tendrá mucho dinero para distribuir», dijo Daniele Albertazzi, politólogo de la Universidad de Birmingham.

Sin embargo, aunque Draghi esté considerado actualmente como un «salvador», la opinión pública podría volverse rápidamente contra él, según Albertazzi. En Italia, «ponemos a la gente en un pedestal y luego les tiramos piedras a los pocos meses».

Roma, Italia, AFP

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