Diariamente salen a las calles de diversos sectores de nuestra ciudad a entregar más de 300 bolsas de comidas a familias aisladas que no pueden salir de sus casas, por estar contagiadas o en espera de resultados por posible contagio de la COVID19. Son jóvenes voluntarios panameños y extranjeros que dan su tiempo para ayudar en esta pandemia.
El último informe registra que estos jóvenes han entregado más de 14 mil bolsas de comida, provenientes de la fábrica de bolsas de alimentos de Panamá Solidario, a 2,970 familias que residen en las zonas de Panamá Centro, Este y Norte de la ciudad.
Los voluntarios en nuestro país han representado un aporte fundamental para echar adelante la ayuda a miles de panameños afectados. Y es que desde propagación de la pandemia el Programa Panamá Solidario ha entregado 4.7 millones de bolsas solidarias a más de 1.7 millones de panameños y panameñas que se encuentra en estado de vulnerabilidad por la COVID19.
Estos voluntarios son colaboradores del equipo de trazabilidad del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y está integrado por venezolanos, argentinos, colombianos, nicaragüense y nacionales que decidieron ayudar a aquellos panameños que se encuentran afectados por este flagelo. A pesar de estar lejos de su tierra natal, estos ciudadanos creen que la mejor manera de enfrentar este virus es apoyarse unos a otros. Los nuestros, se solidarizan con sus coterráneos en su momento más vulnerable.
No reciben honorarios, pero cumplen un horario estricto de trabajo que va de 7:00 a.m. a 2:00 p.m. y de 3:00 a 11:00 p.m. El logro de estos voluntarios es valioso.
Pero qué motiva a un joven extranjero o local a extender la mano a un completo desconocido. El colombiano Jhonny Osorio de 25 años asegura que el voluntariado es una forma de agradecerles a los panameños las muchas oportunidades que le han brindado.
“Con la pandemia muchos hemos perdido empleos, o estudiamos, pero conservamos intacta las ganas de echar para adelante y seguir luchando por mejores días”, indicó Osorio que todos los días llega puntualmente a las oficinas del MIDES en plaza Édison a organizar su ruta de entrega.
Wilmer Cáceres es otro joven panameño que se reúne en el estadio Maracaná, ubicado en el corregimiento de El Chorrillo a repartir alimentos. Su trabajo voluntario evita que las familias que son detectadas COVID-positivo salgan a la calle y contagien a otras personas.
“No es un trabajo fácil, a cada residencia que visito debo hacerlo con mucho cuidado para proteger mi salud, pero al final del día es gratificante saber que estoy ayudando a personas que atraviesan momentos difíciles”, destacó.
Gladys González, asistente de la coordinación nacional de promotores del MIDES, explicó que los voluntarios han aportado una cuota valiosa a la ayuda humanitaria que el Estado ha desarrollado a favor de la población. Para Gladys estos jóvenes se han convertido en héroes anónimos que sin importar los riesgos, cansancio o lo complejo de la situación, salen a la calle a ayudar a los demás.