Una vez más un gobierno de turno se lanza a las inquietantes aguas del diálogo. En esta ocasión el presidente de la República Laurentino Cortizo ha lanzado la ruta hacia un nuevo diálogo nacional denominado el Pacto Bicentenario en donde se buscará el concenso en temas como la salud, la educación, la desigualdad, entre otros para establecer los pilares que permitan construir un futuro más equitativo para tods.
Cortizo ha hecho un llamado a los líderes de los diversos colectivos políticos y ya se han efectuado convensatorios para que sean parte de este ambicioso proyecto denominado diálogo Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas y que sera convocado el próximo 23 de noviembre.
«El Pacto del Bicentenario Cerrando Brechas, busca sentar las bases para un mejor futuro para todos los panameños», ha dicho el mandatario de la nación. Con el desarrollo de este diálogo deben aparecer otros temas como educación, economía, seguridad y servicios básicos para la población, temas fundamentales para el crecimiento sostenido del país.
En el diálogo se busca la participación de los protagonistas de todos los sectores productivos de la República de Panamá. Pero en esto de los procesos de diálogo nuestro país.
Pero la historia de diálogos en Panamá no es nueva y tampoco parecer se efectiva, dado algunos casos, la mayoría de estos intentos no ha rendido los resultados que se buscaban.
El politólogo e investigador Harry Brown expone que en nuestro país se han realizado a través de la historia democrática unos 21 diálogos. «El más importante de estos 21 diálogos ha sido el de Bambito de1993. Este fue el pacto social de la Élite panameña en el nuevo régimen democrático.»
Brown resalta que «los diálogos más exitosos han sido solo los relacionados al Canal de Panamá, porque este es el tema que le interesa a las élites.» Los demás no se cumplen pues no tienen ningún valor o importancia para esos grupos, agregó.
«Hemos hecho diálogos como si todos los actores estuvieran en igual condiciones y no es así. Los indígenas, por ejemplo, están en desventaja frente a otros grupos. Es importante equiparar las partes antes de iniciar un diálogo.», indicó el especialista en política.
Otro de los puntos que subraya Brown e que en estos momentos «se necesita renovar el pacto social panameño». Es necesario que se contruya otro en donde se dictuta profundamente temas como la salud, la educación, el tema vivienda.
«Cómo se van a abordar esos temas para que la población pueda acceder servicios básicos y que sean buenos. Y como se van a financiar esos servicios públicos.», puntualizó.
El pacto y la nueva Constitución
En tanto el sociólogo Enoch Adames señaló que el Pacto Bicentenario es el medio para promer una nueva Constituyente, clave para fundar una nueva República. «La Constituyente es el espacio para hacer converger propuestas ya pactadas. Debe quedar claro, que los partidos políticos –entidades tradicionales—tal cual los conocemos actualmente, no formaran parte de la Constituyente.», dijo.
El investigador expuso que la estructura del debate debe estar orientada a llegar acuerdos que descansen en propuestas de desarrollo, fundamentadas a partir de una concepción integral de Estado y Sociedad. Por supuesto, ampliación de Derechos, ampliación de la participación ciudadana y una nueva institucionalidad acorde a la realización de estos.
«Los actores del pacto deben representar distintos sectores sociales y económicos (el mundo del trabajo, empresarial, del campo y de la ciudad). También, deben participar sujetos cuyas identidades se construyen en ámbitos no tradicionales: ambiente, cultura, género, etnia, etc.», expresó Adames.