La Facultad de Bellas Artes y la Orquesta de Cámara de la Universidad de Panamá

Se ha dicho que la música y el arte en general, son alimentos culturales de los pueblos. Los hombres, sin música y sin arte, son seres ausentes de alma.

Pitágoras en sus Versos Aureos decía que música y arte eran consagrados al espíritu, al culto y a la armonía celeste y además, una comentarista del gran filósofo y matemático, Anniet Besant agregaba: “La Grecia de Pitágoras con su matemática y su música, su orden y su armonía. tienen un mensaje para las naciones modernas, desorientadas y discordantes». La música para el gran filósofo Pitágoras se entendía en Grecia, como una trinidad indisoluble de poesía, música y danza.

Los ciudadanos preparados en una enseñanza humanística, con la que no sólo educan su cuerpo, sino su espíritu, fue una idea que prevaleció en la época griega, y que llevó a la creación en Crotona, Magna Grecia, a orillas del Mediterráneo, la primera escuela internado del mundo, educando a todo ateniense.

También en nuestro país, allá por los años cuarenta del siglo XX, con la enseñanza nacional humanística, fue donde nuestra generación aprendió el valor que tienen las artes y la música. Además en nuestros colegios públicos se daba a conocer, a través de presentaciones culturales, a artistas, declamadores, conferencistas, filósofos y con ellos, el valor de las artes. Así bebió aquella juventud panameña los aires de influencias europeas e hispanoamericanas, tanto en la antigua Normal de Institutoras, como en el Liceo de Señoritas, la Escuela Profesional y el Instituto Nacional donde se presentaban, esos declamadores, poetas y cantantes clásicos. Aquella declamadora argentina Berta Singermann, el gran declamador colombiano Mallarino, Sylvia Villalaz, panameña y Margarita Debayle, nicaragüense, la musa del poeta Rubén Darío que un día en el Aula Máxima del Liceo de Señoritas nos deleitó con ese poema Margarita, está linda la mar…

También se presentó Pablo Neruda, poeta chileno y además cantantes clásicos y orquestas de música académica que se escapan de mi memoria.

Las alumnas del Liceo, recibíamos clases de música y canto de profesores como Aby de Linares, los profesores Ortiz y De La Guardia y la Profesora Angulo, que presentaba veladas artísticas y folklóricas de altura en forma tal que teníamos nuestros coros y actuaciones, donde el arte llenaba nuestro espíritu.

Todo ello lo Ilevo en mi recuerdo. Por eso, con motivo de la toma de posesión del Rector Eduardo Flores en el Domo Universitario, ese 30 de Septiembre de 2016, quiero hacerle presente la importancia que tuvieron sus palabras sobre sus recuerdos familiares y proyectos universitarios. Supongo que esas buenas ideas fueron bien acogidas por la masa estudiantil y profesores idealistas. A la vez nuestras añoranzas cubrieron el espíritu con las realizaciones de mi esposo.

La creación de la Facultad de Bellas Artes fue uno de los logros en la misión que se propuso y a la que algún extraño profesor, músico burocrático de ese entonces, se opuso sin razón, tal vez, por envidia. En esa época el Rector Zúñiga ideó construir el Teatro Universitario; consiguió los planos, obtuvo la partida presupuestaria, pero cuando terminó su periodo, el rector entrante eliminó el proyecto y el Teatro Universitario aún está esperando su edificio, en ese lote cercano a la Facultad de Ciencias. Gracias a Dios, el lote no se lo han podido llevar. Esto lo expreso porque pienso que el Rector Flores puede hacer realidad ese ideal y le seguirá dando el valor a la Facultad de Bellas Artes y a la Orquesta de Cámara.

En el año de1992, el Dr. Carlos Iván Zúñiga G., siendo Rector, creó el 28 de octubre de 1992, la Facultad de Bellas Artes y el 1 de diciembre de 1993, fundó la Orquesta de Cámara. Esa idea de gran creación no fue improvisada, sino que le venía del alma, cuando desde su mocedad vivió las influencias humanísticas en su vida espiritual con sus padres y con aquel sacerdote Antonio Rabanal, en cuyas fuentes espirituales vivió desde pequeño. Por ello, cuando el Rector Flores, el día de su toma de posesión, trajo historias de su vida, referentes desvelos estudiantiles, les confieso que nos emocionamos, por su sincero decir y amorosa familiaridad.

Sé que el nuevo Rector continuará la labor de la Facultad de Bellas Artes y que después de elevar el nivel cultural de nuestra Universidad, terminará construyendo el Teatro Universitario y además que proporcionará a la Orquesta de Cámara merecida valoración y remuneración que no han obtenido aún. Sus integrantes dan prestigio a la Administración, a todas las Facultades donde se presentan a aquellas entidades nacionales y Universidades extranjeras donde los invitan

La Orquesta de Cámara nos llenó de júbilo con su actuación en el acto de toma de posesión del Dr. Eduardo Flores. Ese día me sentí feliz; enamorada de las artes. Me encantó la impronta del saber musical; oasis de espiritualidad. Como espectadora palpé la alegría de espíritu y amorosa reacción de los asistentes y la simpatía que le demostraban al nuevo Rector y a sus acompañantes. Agradezco a la Orquesta y sus músicos, que me remontaron a instantes vividos cuando era estudiante, después como profesora y luego como esposa del Rector Magnífico, creador, repito, de esa formación musical que es apreciada por el actual Rector.

El primer director de la Orquesta fue el profesor Eduardo Charpentier y su sucesor que la dirige hoy, es el gran maestro y magnífico oboísta, profesor Luis Efraín Castro. Todos sus músicos se sienten orgullosos de su Orquesta y de su labor. Esto es lo que queremos en nuestra Primera Casa de Estudios, el orgullo de hombres y mujeres vinculados a una Universidad humanística, donde los ideales de grandes filósofos como Pitágoras iluminen las conciencias de los universitarios.

 

La Estrella de Panamá, 2016.

 

 

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