La danza de los millones

La tarde del miércoles 28 de octubre de 2020, la Asamblea Nacional aprobó en tercer y último debate el presupuesto general del Estado para 2021 que asciende a 24,192.4 millones de dólares. 103 millones por encima de la cifra original que alcanzaba apenas los 24,088.9 millones.

Un presupuesto, en opinión de muchos, escandaloso y ofensivo en medio de circunstancias que mantienen a decenas de miles de panameños sumidos en la angustia y en las más extremas condiciones de supervivencia.

Decenas de millones destinados al pago de viáticos, alquiler de autos, publicidad y dietas mientras se le recorta casi un centenar de millones al IFARHU y cerca de noventa millones a la Universidad de Panamá.

No causa sorpresa que algunos diputados, más conectados con la trágica realidad circundante, lo califiquen de “inmoral” e “inconveniente”; mientras otro señala que el presupuesto debería “seguir trabajándose para que sea más decente”.

Y cuando creíamos acabadas las sorpresas, el lunes 2 de noviembre de 2020 se publica en la Gaceta Oficial la resolución número 81 que asigna a la Asamblea Nacional 22 millones 883,289 dólares más para lo que resta de la vigencia fiscal 2020.

Si. A esa misma Asamblea que, sin dar explicaciones, dilapidaba 8 millones de dólares mientras al resto del país lo sumían en una cuarentena y en una situación próxima a la desesperación y el hambre.

Y aunque alegan que esa suma será utilizada para gastos correspondientes al segundo semestre de esta vigencia fiscal, la pregunta obligada es: ¿no se previeron esos gastos con la suficiente antelación? Si la respuesta es “no”, pecan por incompetencia administrativa; si es un “si”, ¿cómo explican, entonces, que los 8 millones derrochados mediante la planilla 172 no fueran utilizados para cumplir con los pagos anotados en la susodicha resolución con que sorprenden al país ahora?

La mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo, reza la sabiduría popular. Y nuestra Asamblea Nacional ni lo es ni lo parece. Este órgano del Estado ha sido uno de los más destacados protagonistas en esa danza de millones donde el resto del país ha desempeñado el papel de convidado de piedra. Nada cambiará mientras las mayorías no logren unirse en una sola voz y dejar muy en claro que ¡ya basta!

 

 

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