«Se necesita una política que promueva y respalde los servicios marítimos portuarios», Orlando Allard

Cuando terminaba el 2019, los expertos en comercio marítimo internacional apuntaban a la necesidad de los países portuarios de prepararse para ser más eficientes en cuanto al servicio que le brindan a las grandes navieras. Sin embargo, el 2020 no ha sido lo que se esperaba. La Pandemia por la COVID-19 ha dejado serias afectaciones al comercio mundial.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) estima que el comercio mundial tendrá una caída de entre el 13% y 32%, sobre todo para el sector de servicios. Una realidad que supone retos para nuestro país.

Ante este panorama, conversamos con el capitán Orlando Allard, decano de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la Universidad Santa María La Antigua (USMA), y quien trabajó por más de 30 años en el Canal de Panamá. Además, el capitán Allard fue embajador y representante permanente de Panamá ante la Organización Marítima Internacional (OMI) en Londres.

El capitán Allard participó recientemente en un conservatorio en AMCHAM – Cámara Panameña Americana de Comercio, en el Comité Logístico y Marítimo, donde presentó un panorama desafiante para el sector marítimo panameño, y en sus propias palabras, asegura que como país estamos «desaprovechando la posición geográfica y la conectividad que tenemos gracias al Canal, a los puertos en ambos litorales Pacífico y Atlántico, el hub aéreo y la fibra óptica que atraviesa el Canal de océano a océano».

1.¿Cuál es el panorama que se presenta para el sector marítimo internacional?

El panorama marítimo mundial es desafiante, pues el impacto del Covid-19 sobre el transporte de mercancías en el mundo ha sido enorme, independientemente del modo de transporte. A pesar de las dificultades laborales, el sistema ferroviario en términos generales ha sufrido menos, de igual manera que el transporte por carreteras. Sin embargo, el cierre de fronteras en algunos países limitó el movimiento de productos. Definitivamente que el transporte marítimo –y por consiguiente el sistema portuario y logístico ha sido muy afectado debido a la baja en la economía mundial causada por el confinamiento, el cierre de comercios y la consecuente pérdida de empleos y disminución del poder adquisitivo de las personas. Quizás la palabra clave en estos momentos es y será por algún tiempo: “incertidumbre”. Los estragos económicos causados por el Covid-19, las deterioradas relaciones entre China y los Estados Unidos y la posibilidad de una nueva ola de infecciones causan inquietud y negativismo ante las incipientes posibilidades de recuperación.

  1. Nuestro país ha vivido del mar, pero a veces parece que le damos la espalda al mar, ¿Cuáles son las necesidades que no hemos sabido atender para convertirnos en una ventaja competitiva para el mundo marítimo?

Otra palabra clave en el vocabulario panameño debe ser: “conectividad”, aprovechando la privilegiada posición geográfica con la que contamos. Sin embargo, excepto por el Canal de Panamá, no hemos sabido diseñar e implementar una estrategia única de país que identifique nuestras ventajas competitivas y defina la ruta a seguir respecto a los diferentes frentes de negocios. A manera de ejemplo, los sistemas aduaneros son todavía demasiado burocráticos y las políticas respecto a como hacer negocio son inestables y cambiantes, lo cual desincentiva a los posibles inversionistas, locales o extranjeros.

Capital Orlando Allard, decano de la Facultad de Ingeniería y Tecnología de la USMA.
  1. ¿Qué servicios marítimos requieren ser fortalecidos para agregar valor, más allá del que aporta el Canal de Panamá?

Hay una gran cantidad de “servicios marítimos auxiliares” que no se han desarrollado en Panamá por falta de una política que promueva y respalde la creación de estos negocios que son en su mayoría pequeñas empresas. También se debe promover el servicio de “valor agregado” a la mercancía que desembarca en Panamá —o que pudiera pasar por nuestro país y, de paso, se impactan los productos de alguna manera, ya sea con servicios de etiquetado, encajetado, o redireccionado a otros países.

  1. En este sentido, ¿qué oportunidades estamos desaprovechando?

Estamos principalmente desaprovechando la posición geográfica y la conectividad que tenemos gracias al Canal, a los puertos en ambos litorales Pacífico y Atlántico, el hub aéreo y la fibra óptica que atraviesa el Canal de océano a océano.

  1. Producto de la ampliación del Canal esperábamos que los negocios marítimos se ampliaran y poder consolidar ese hub logístico que contribuiría enormemente al desarrollo del país, ¿hemos avanzado?

Sí, el Canal de Panamá siempre ha sido el “imán” que atrae a los buques que utilizan el Canal y los puertos panameños. Hay un sinnúmero de servicios auxiliares que se pueden ofrecer a los buques, pero estos no se han podido desarrollar por falta de infraestructuras que faciliten la entrega de productos alimenticios y de mantenimiento y reparaciones a los buques. Los requisitos y reglamentaciones para establecer y operar este tipo de negocios son cambiantes y burocráticos y en muchos casos excesivamente caros para los pequeños empresarios inversionistas.

  1. ¿Qué podemos hacer para ser más competitivos en servicios marítimos y que otros puertos de la región no nos roben el mandado?

Si Panamá tuviera una estrategia global de posicionamiento en determinadas áreas de negocio, sería fácil darse cuenta de por donde se escapa el negocio hacia nuestros vecinos más competitivos en precios, en rapidez del servicio, en comunicaciones y en flexibilización y adaptabilidad de los servicios que ofrecen.

  1. En un foro de la Cámara Panameña Holandesa, representantes de navieras clientes del Canal hablaron sobre la necesidad de establecer más zonas de anclaje en el Atlántico para que los buques NeoPanamax puedan ser asistidos en Bunkering y otros servicios, ¿por qué la demora desde su punto de vista y por qué en el Atlántico todavía no existen estas facilidades?

Es correcto. El negocio de “bunkering” es muy bueno, pero requiere de toda una infraestructura organizacional, de equipamiento y de calidad del producto para que atraiga clientes y sea exitoso. En el Atlántico, además del fondeadero del Canal, o el de Manzanillo en donde están los buques que van a transitar o dirigirse a los puertos, no hay otras áreas que los buques puedan utilizar para abastecerse de combustible a través de las barcazas que ofrecen estos servicios. Se han analizado otras áreas del litoral disponibles y cercanos a la entrada del Canal, pero la administración marítima no ha tomado decisiones al respecto.

  1. ¿Ayudaría esta opción a mejorar nuestro posicionamiento como hub ante otros países de la región?

Definitivamente que en este negocio de “bunkering” sí, pues ofrece al mundo un claro mensaje de que Panamá está dispuesto a hacer cambios y designar zonas seguras y adecuadas para realizar este tipo de operaciones. De esta manera las compañías navieras pueden planear con anticipación abastecerse de combustible antes de transitar por el Canal, o cuando salen del Canal por el Atlántico. Si no lo hacemos, las navieras encuentran estos mismos servicios en Cartagena, Colombia a unas cuantas horas de Panamá.

  1. ¿Qué otras opciones podemos implementar como país para ser más competitivos y reducir el impacto que el virus COVID19 está dejando sobre comercio en todos los sentidos?

Explotar la posición geográfica y el hecho que muchos buques que transitan por el Canal podrían beneficiarse con servicios de valor agregado a su carga para luego redistribuirla por el resto de la región.

  1. Algunos dicen que los servicios marítimos han sido los menos afectados, ¿Cómo se ve el comercio marítimo ante esta pandemia?

No, los servicios marítimos no han sido los menos afectados. Los ferrocarriles y en segundo lugar los camiones son los que menos han sido afectados. El transporte marítimo ha sufrido mucho más.

  1. ¿Hacia dónde debería estar enfocada la política gubernamental en cuanto al sector marítimo, considerando que una de las propuestas del Ejecutivo fue fortalecer nuestro hub logístico?

La política gubernamental debe estar enfocada en el diseño y desarrollo de una estrategia marítimo-portuaria y logística basada en los innumerables estudios que se han hecho y a un enorme costo, que establezca claramente la visión de país y la hoja de ruta para sacarle provecho a las ventajas competitivas de Panamá.

 

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