El presidente de México, Manuel López Obrador, está empecinado en sus reclamos por las atrocidades cometidas durante la conquista. Pero se quedará esperando que el rey Felipe VI y el papa Francisco pidan perdón por los actos inhumanos ocurridos en México, un hecho ocurrido hace 500 años.
En la víspera del 12 de octubre, fecha en que se reconoce el descubrimiento de América, López Obrador insistió en que le gustaría que esa expresión de perdón se produjera en el 2021, cuando su gobierno tiene programado una serie de actos para conmemorar los 200 años de la independencia de México. Fue un proceso político que se consumó en 1821 tras una cruenta guerra civil que acabó con el dominio de Madrid sobre la extinta provincia de Nueva España.
“No descartamos que haya de parte de la monarquía un cambio de actitud y, con humildad, se ofrezca una disculpa”, dijo López Obrador la semana pasada en una de las ruedas de prensa matutina con la que cada día marca la agenda mediática de México.
“Lo mismo en el caso de la solicitud que hemos hecho al papa Francisco. La Iglesia ya ha reivindicado a los pueblos originarios, lo hizo en Bolivia”, añadió el mandatario sobre unas exigencias de perdón que anunció en marzo de 2019.
Entonces, López Obrador envió dos cartas, una a Felipe VI y otra al papa Francisco, para proponer que se rectifique el relato de agravios por las violaciones “a lo que ahora se conoce como derechos humanos”, dijo en esa ocasión.
“No es ninguna ofensa, es al contrario, el que todos nos reconciliemos y que pidamos perdón por lo que se ha cometido de injusticias en otros tiempos para que así, reconciliados, veamos hacia el porvenir, hacia el futuro como hermanos que somos”, afirmó hace unas semanas durante un acto con las comunidades mayas de Yucatán.
El mandatario considera que el Vaticano, con el argumento de la cruz del cristianismo, fue un cómplice de los atropellos cometidos por la espada de España.
Actos inhumanos
La disculpa que López Obrador le ha pedido a España, no es por la conquista como concepto, sino por las atrocidades y actos inhumanos cometidos contra los pueblos nativos durante aquella época.
«Llámese conquista o descubrimiento o encuentro de dos mundos, de dos culturas, lo cierto es que fue una invasión y se cometieron muchas arbitrariedades», insistió López Obrador.
El próximo año el calendario obliga a recordar un acontecimiento incómodo: la llegada de Cortés con medio millar de hombres y que acabó con la victoria de los conquistadores españoles.
López Obrador sostiene que no se puede celebrar ninguna conmemoración sin ir antes a una reconciliación, por lo que quiere diseñar una hoja de ruta hasta ese año para convertir a 2021 como el año “de la gran reconciliación”.
Al gobierno mexicano lo molesta que en España no haya una reflexión sobre lo ocurrido hace 500 años. El de López Obrador es un emplazamiento que no puede evadirse.
Por su parte, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no cree que España ni la iglesia católica deban disculparse por la conquista de Tenochtitlan, la emblemática ciudad capital del México precolombino.
El EZLN, rechaza cualquier petición de perdón. “Ni el Estado español ni el Vaticano tienen que pedirnos perdón de nada. No nos haremos eco de los farsantes que se montan sobre nuestra sangre y así esconden que tienen las manos manchadas de ella”, señalo en un extenso comunicado.
“Ya basta de jugar con el pasado lejano para justificar, con demagogia e hipocresía, los crímenes actuales”, añadio el grupo guerrillero que se levantó en armas en el año nuevo de 1994 en las montañas del estado sureño de Chispas, fronterizo con Guatemala.
Los zapatistas se detienen en el sufrimiento de las mujeres, el acoso, la violencia y las muertes que sufren “con el aval de una impunidad estructural que convierten esos asesinatos en una “lógica criminal del sistema”.
López Obrador y el EZLN no mantienen una buena relación desde hace décadas. El presidente tiene un discurso en defensa de los pueblos indígenas pero no cala entre los zapatistas, quienes le acusan de ser igual que sus predecesores.
“Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”, dijo el EZLN después de que López Obrador ganó en el 2018 las elecciones presidenciales.
Vaticano y España
La respuesta del Vaticano ha sido remitirse a que el obispo de Roma ya pidió perdón en el 2015 a los pueblos originarios durante una visita a Bolivia. En esa ocasión el papa Francisco se disculpó por los “muchos y graves pecado contra los pueblos originarios de América”.
Por su parte, mediante un comunicado, el gobierno de España respondió que rechazaba “con firmeza” la solicitud del presidente de México. Ademas, no disimuló su malestar ante la contundente demanda de México. “Rechazamos con toda rotundidad su contenido”, añadió el texto de respuesta divulgado por La Moncloa.
Además de la petición de disculpa por la conquista de Technochitlan, la relación bilateral se encuentra en un momento complicado debido a los constantes ataques que realiza López Obrador a empresas españolas por los actos de corrupción en la adjudicación y ejecución de contratos con el Estado mexicano.
El objetivo del mandatario es renegociar contratos, sobre todo los otorgados a empresas energéticas como la española Iberdrola, bajo el argumento de que los actuales son abusivos y van en prejuicio del pueblo de México.
López Obrador dijo en junio que las empresas españolas “veían a México como tierra de conquista y abusaron”. “Estamos poniendo orden”, añadió. “Ahora se están revisando normas y se van a revisar esos contratos leoninos”.
Iberdrola, de acuerdo a López Obrador, ha tenido una actuación que consideró “vergonzosa”, por la forma como se adjudicó contratos para lograr producir el 16% de la energía eléctrica del país.
El mandatario ha insistido en que quiere inversión extranjera pero que todas las empresas que contratan con el Estado deben ajustarse a las normas de transparencia, igualdad de oportunidades, pagar los impuestos correspondientes y operar en condiciones justas para México.
La relación entre España y México se restableció en 1977, que estuvieron rotas durante el franquismo, debido al apoyo que dio México a la República durante y tras la guerra civil (1936-1939).
Durante el conflicto, México envió un cargamento de fusiles al bando republicano. Al terminar la contienda, el país mesoamericano se convirtió en un lugar de refugio para miles de exiliados españoles.
En un intento de acercar posiciones con López Obrador, el jefe del gobierno de España, Pedro Sánchez, viajó a México en enero de 2019 para convertirse en el primer presidente en visitarle tras comenzar su mandato en diciembre de 2018.
Como parte de los eventos, Sánchez entregó al presidente mexicano el acta de nacimiento de su abuelo José Obrador, quien nació en Cantabria en 1893 y emigró a Mesoamérica en 1917.