El honor de servir

Es lamentable ver funcionarios involucrados en actos de corrupcion, narcotrafico, incumpimiento de normas (a veces que ellos mismos han impuesto), y peor aún, en tiempos de pandemia cuando el pueblo tiene necesidades, dañando a la sociedad con drogas, o destinando los recursos de todos a sus bolsillos personales, cuando esto se pudo haber utilizado en obras, educación, salud, y otros. La primera pregunta que me viene a la mente cuando pasan estas cosas es: ¿No sienten honor de servir a su Patria?

Por más retórica o romántica que suene la pregunta, pareciera que los servidores públicos, especialmente aquellos de mando y jurisdicción que están involucrados en este tipo de actos, no entienden el rol que juegan para su nación. Es un honor servir a Panamá, devolverle algo al país que lo que el país les ha dado. Tienen una oportunidad de oro de dejar las cosas mejor a cómo las encontraron, ayudar a todos los que se pueda ayudar, y sobre todo dejar un legado.

Pareciera que vivimos épocas en que da igual hacerlo bien, o hacerlo mal, tener buenas intenciones, o malas. A todos nos meten en el mismo paquete, y algunos políticos, que dicen llamarse apolíticos, están aprovechando la coyuntura para criticar a la clase política, especialmente los partidarios, como si el problema fuese de las organizaciones, y no de las personas.

La corrupción está involucrada en la esfera pública, tanto como en la privada, por lo que el problema está en la sociedad, no solamente en los partidos. Los partidos debieran ser la forma organizada de hacer política, representando un pensamiento o lucha, y principalmente son los encargados de lograr, mediante sus elecciones internas, que los mercaderes de la política no lleguen a puestos de elección.

Admito que los partidos debemos de cambiar, o más bien mejorar: volver a las ideas, a las razones correctas de la política, y sobre todo formar ciudadanos y políticos bien preparados que cuando sirvan a su país entiendan que es un honor servir, y que por ende, se hace con transparencia y con respeto a las leyes.

Quizás así, tengamos Diputados que se dediquen estrictamente a su rol fiscalizador y legislativo, Gobernadores que cumplan fielmente con la gobernabilidad, y otros funcionarios, de toda jerarquía, que realmente trabajen para lo que los eligieron o designaron: El Honor de servir a Panamá para que sea mejor.

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