Panamá, uno de los destinos favoritos de Saab

Panamá era uno de los destinos favoritos de Alex Saab, a quien parece que ni el mago Madrake lo salva de ser extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos por asociación criminal, corrupción y lavado de dinero. Por lo menos cuatro sociedades creadas en Panamá vinculadas a Saab estaban en el radar del FBI y la DEA.

Saab, abogado y empresario colombiano de origen libanés,  espera su destino en una cárcel de Cabo Verde, el archipiélago que forma un Estado frente a las costas de África occidental. La información que posee este testaferro del régimen de Nicolás Maduro, no solo es motivo de preocupación para Caracas, sino también para Colombia, China, Estados Unidos, Italia, Irán, Reino Unido, Rusia y Turquía.

“No recuerdo haber recibido tantas llamadas, llamadas de jefes de Estados extranjeros”, dijo hace unos días con cierta hilaridad el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, cuyo gobierno aprobó este martes la extradición Saab a Estados Unidos. La decisión final está en manos del Tribunal Supremo de Justicia y del Tribunal de Apelaciones de Cabo Verde.

Saab parece haberse convertido en una pieza clave de no solo del chavismo, sino también del tablero geopolítico mundial por sus negocios petroleros con Teherán, opino este miércoles el diario catalán La Vanguardia.

La captura el 12 de junio al aterrizar en un vuelo privado en el aeropuerto caboverdiano de la Isla de Sal, fue una operación de inteligencia estadounidense e israelí tras el monitoreo satelital de los aviones que acostumbraba usar el testaferro del Maduro, a pesar de que la tripulación no informó de que Saab viajaba como pasajero en esa aeronave.

Saab, de 47 años, es considerado el ministro de finanzas de Maduro en la sombra, cuya misión sería ocultar por el mundo el dinero saqueado de las arcas venezolanas por la cúpula bolivariana. Está implicado en la venta de oro de las reservas oficiales y de la minería, en el tráfico de petróleo, tanto la exportación de crudo de la estatal PDVSA, como la importación de combustible de Irán.

Casado con la modelo italiana Camila Fabri, de 27 años, a cuyo nombre y de sus familiares figuran gran número de propiedades en Italia que el año pasado fueron confiscadas. Hay otra conexión italiana: la fiscalía de Milán investiga si existió financiación ilegal de Venezuela al Movimiento 5 Estrellas, uno de los dos socios del gobierno de Roma.

A la espera de la justicia caboverdiana, en la isla de Sal hay apostados dos aviones estadounidenses y uno británico, no lejos de la cárcel donde se encuentra Saab. Mientras tanto, varios medios especulan con una operación de rescate de la que formarían parte un avión ruso y un barco anclado cerca del archipiélago.

El diario colombiano El Tiempo reveló que un grupo de operaciones especiales venezolano fue trasladado a la cercana Guinea Bissau. “Cuando estos aterrizaron, empezó a circular la versión de que se habría ofrecido una recompensa de $10 millones por sacar a Saab de Cabo Verde vivo o muerto”, afirmó el rotativo.

 Sociedades en Panamá

De acuerdo a una investigación realizada en octubre del 2018 por el diario colombiano El Espectador, un mes después del frustrado operativo de la policía para capturarlo, destapó el entramado de sociedades que Saab construyó en Panamá entre 2013 y 2015.  En esos negocios se entrelazaba con su hermano y socio, Amir Luis Saab Morán.

El diario colombiano destacó la forma cómo Saab paso de ser un vendedor de llaveros y uniformes para empresas a convertirse en un poderoso empresario textilero, de la construcción y de la industria alimenticia con operaciones en Colombia, Ecuador, México, Panamá y Venezuela.

Las investigaciones revelaron que Saab y varios de sus familiares se aliaron para lavar más de $25 millones a través de ocho empresas colombianas. Según las investigaciones, el corazón de estas actividades ilegales sería la sociedad Shatex S.A.S., constituida en Barranquilla, en la que hay evidencia de doble contabilidad, importaciones ficticias y contratos con compañías inexistentes.

Después de filtrarse en septiembre del 2018 el operativo de su captura, Saab se encuentra prófugo de la justicia colombiana.

De acuerdo a El Espectador, el empresario barranquillero constituyó al menos cuatro sociedades en Panamá y otras jurisdicciones que se caracterizan por no revelar la identidad de sus clientes.

Las gestiones de estos nuevos negocios estuvieron a cargo de la firma panameña Mossack Fonseca, cuyos documentos fueron filtrados en 2016 en una investigación periodística llamada Panama Papers, en la que participó El Espectador.

Como consecuencia, el representante legal de Mossack Fonseca en Colombia, Juan Esteban Arellano, fue procesado penalmente por falsedad ideológica en documento privado, enriquecimiento ilícito, lavado de activos y concierto para delinquir.

Arellano fue la persona que tramitó la creación de la estructura de sociedades de Saab en Panamá y otros paraísos fiscales.

Empresas familiares

Fue así como en el 2013 se crearon Neston Property Ltd., en las Islas Vírgenes Británicas; Proment Intl., en Costa Rica; y Lintel Overseas Inc. y Kingstone Team Inc., en Panamá. La accionista única de estas empresas era Seafire Foundation, propiedad de Saab.

Más adelante, en 2015, su hermano Amir, quien también es investigado por lavado de activos y cuyo paradero es desconocido, creó las empresas Roseacre Corporation, en Belice, y Clayville Inc., en Panamá, a través de la fundación Venedig. 

En conclusión -aseguró El Espectador- a partir de las fundaciones Seafire y Venedig se entrelazaban las sociedades constituidas por Mossack Fonseca para los Saab Morán. En la primera, los hijos de Alex Saab (Isham Alí, Shadi Naím y Jad Alí Saab Certain) también administraban los bienes, y en la segunda aparecían sus hermanos Amir, Luis Alberto y Katia Saab Morán y su mamá, Rosa Morán Aguancha.

Sobre la participación de los familiares de Saab en sus negocios, una fuente le dijo a la DEA en abril de 2018 que “unas personas de descendencia libanesa” estaban dedicadas a la creación de empresas fachada para invertir grandes sumas de dinero de dudosa procedencia. “Alex Saab sería el jefe de la organización y Amir Saab, su hermano y socio, tiene conocimiento y participa de forma directa de todas las actividades”.

Al margen de las sociedades que creó el grupo Saab en Panamá, la Fiscalía colombiana sigue rastreando a dónde fue a parar el dinero que entre el 2004 y el 2011 logró mover a través de operaciones ficticias de comercio exterior con su empresa Shatex.

La sospecha de los investigadores es que parte del dinero que no fue declarado en Colombia terminó en cuentas en el exterior de compañías de papel, que al parecer pertenecían a Saab, como habría sucedido en Panamá, donde siete de los ocho clientes registrados por Shatex en ese país no existían en los documentos oficiales, aseguró El Espectador. 

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