Café con aroma a triunfo

Era una mañana de invierno en Rotterdam. La temperatura era de  casi en los 2 grados y el frío obligaba al cuerpo a tomar algo caliente.

Y allí estaba, la famosa cafetería Bagels and Beans en el centro de la ciudad porturaria. ¿Quién  no ha escuchado de la casa de los Bagels holandeses?

Con esa referencia en la mente, entramos. Pensamos tomar un rico café para calentar el cuerpo. Enseguida nos embriaga el olor de café recién molido. Pero cuál sería nuestra sorpresa cuando vemos en el menú de la cafetería que la única marca de café que se vendía allí es el café de la familia Janson de Panamá.

Sí, ese embriagante y dulce aroma que se siente cada vez que entras en una cafetería, provenía esta vez de la molienda de granos de café cultivados en las tierras altas de la provincia de Chiriquí, en la finca de la familia Janson. Ese era el protagonista del café que se vende en el famoso Bagels and Beans.

Los dueños de Bagels and Beans en Rotterdam Central contaron que tienen más de 20 años de comercializar el café panameño. De hecho es la única marca de café que se vende en ese prestigioso local. Bagels and Beans, posee sucursales esparcidas por todos los Países Bajos y la única tienda fuera de sus fronteras está en Alemania.

Los clientes gustan mucho de su café, tanto que empezaron a preguntar de dónde provenía, así que se decidieron a incluir en el menú la historia del café, su origen, el proceso de siembra, cosecha y torrefacción. También tienen un libro con fotografías.

El kilo de café arábico se vende en $27.50 y el Geisha, el favorito de los comensales holandeses, se vende en $6 el sobre.

Durante dos décadas el café panameño ha sido la estrella de Bagels and Beans, una muestra de cómo un trabajo iniciado en 1997 por la Asociación de Cafés Especiales de Panamá y sus 80 miembros se ha proyectado al mundo y actualmente el Panamá Geisha es una marca emblemática a escala global.

Una historia de éxitos

Wilford Lamastus, conoce a la perfección la historia de cómo el café panameño ha logrado un sitial de honor en los mercados internacionales.

Su familia, los dueños de la Finca Elida y del café Geisha Elida Estate, ostenta el récord mundial al lograr un precio de $1,029 la libra de café Geisha natural, en la subasta internacional, superando a los $803 obtenidos en 2018. Una taza de este café se puede conseguir por $75 en Estados Unidos. El café más caro del mundo es panameño.

Pero llegar hasta ese lugar hubo que recorrer un camino que no se construyó de la noche a la mañana. Y tampoco han estado solos en ese proceso. Trabajar la reputación del café panameño es una labor que, junto a otros productores de café, iniciaron hace 23 años, cuando crearon la Asociación de Café Especiales de Panamá (SCAP)

Fue en 1999 cuando inició The Best of Panama, una competencia donde, durante cuatro días,  jueces internacionales catan y escogen el mejor café, que será presentado tres meses más tarde en la subasta internacional de café.

Lamastus cuenta que en cada competencia los productores se esmeraban por lograr su mejor cosecha. En el 2004, luego de varios años de perfeccionamiento en la técnica de producción, los jueces quedaron admirados por uno de los lotes de cafés por encima de los 40 que estaban en la competición. Cabe señalar que la catación de café es a ciegas y solo al momento de anunciar el lote ganador se descubre a quién pertenece.

Era la primera vez que se probaba la variedad de café Geisha panameño de Hacienda La Esmeralda de la familia Peterson de Boquete.  El lote resultó ganador ese año y la libra de café se subastó a $21 dólares. Hasta el 2017 ganaron la mayoría de los The Best of Panama.

Desde entonces la calidad y la reputación del Geisha panameño ha ido en aumento, al igual que el trabajo de la SCAP, que año tras año realizan ingentes esfuerzos por participar en las distintas ferias internacionales de café, promocionando el Panama Geisha, muy cotizado especialmente en el mercado asiático.

“Pagan por la calidad del café”, dijo Lamastus, que el año pasado participó en siete ferias en Arabia Saudita, Berlín, Corea, Estados Unidos, Japón, Taiwán y Shangai.

En las exhibiciones, el Geisha panameño es el más buscado. La estrategia de la SCAP es que, una vez visiten Panamá, puedan conocer las otras variedades de café que se cultivan aquí.

“Panama Geisha es solo la punta de lanza, queremos que se conozca la calidad de todos los cafés que se producen en  el país. El mercado seguirá creciendo y el consumo aumentando”, afirmó Lamastus.

Un terroir de la más alta calidad

El Geisha es originario de Etiopía. Pero es en Panamá donde el grano ha encontrado el nicho perfecto para alcanzar su máximo potencial. Y es que solo las Tierras Altas de Chiriquí le han dado al Geisha el “terroir” perfecto.

Terroir, es un término francés que significa tierra. En cuestiones de vino y café se refiere a las características que tiene el suelo donde se plantan los viñedos o en este caso, donde se encuentran las plantaciones de café.

Mucha altura, suelos volcánicos muy fértiles, y un microclima, se convierten en el complemento perfecto para lograr el mejor grano de café Geisha.

Otras de las características es que las plantaciones de café se encuentran rodeadas por un bosque primario, lo que permite que los microorganismos enriquezcan más el suelo. Además el conocido “bajareque”, enfría las plantaciones y hace que la maduración tarde más.

Todo ese conjunto de factores hace que los sabores sean más exóticos, frutales, florales y mucho más pronunciados. Además de la cultura de producción desde el método de siembra hasta el lavado y el tostado.

 

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