José Raúl Mulino fue la primera ficha que en el año 2009 llamó el presidente Ricardo Martinelli, para formar parte de su equipo de gobierno.
Martinelli encargó a Mulino de liderar la transición que se daría al separar el Ministerio de Gobierno y Justicia, creando el Ministerio de Seguridad Pública y el Ministerio de Gobierno. Mulino se mantuvo como ministro de Seguridad Pública hasta el 30 de junio de 2014.
Antes de todo esto, ni Martinelli ni Mulino pensaban que sus vidas se estrecharían en un momento determinado. Tampoco que, luego de haber estado juntos en función de gobierno, estarían enfrentandos, pero con un cambio de roles.
Mulino es ahora el Presidente de la República. Y Martinelli, un asilado político en la embajada de Nicaragüa en nuestro país; una situación que tensó la cuerda de la amistad hasta casi romperla.
Ricardo Martinelli no pudo ser el candidato presidencial de su partido Realizando Metas para los comicios de mayo pasado. Previamente, había desestimado a su esposa, Marta Linares de Martinelli, como su compañera de fórmula, aspiración incluso admitida por el Tribunal Electoral; no obstante, la señora Martinelli desistió y obligó a su esposo a buscar un acompañante para su nómina.
Y aquí es donde aparece Mulino, un muy destacado civilista con una muy activa vida política, desde los años lucha contra el régimen de Manuel Antonio Noriega, pasando luego a la escena pública en los partidos Solidaridad y Unión Patriótica.
Las andanzas de Ricardo Martinelli y José Raúl Mulino no son de ahora. Con la victoria de Martín Torrijos en las elecciones de 2004, la oposición se fragmentó, algo que Martinelli aprovechó para tomar el liderazgo en contra del gobierno del partido Revolucionario Democrático (PRD), capitalizando lo conseguido detrás del expresidente Guillermo Endara, quien lideró la Vanguardia Moral de la Patria en los comicios de 2004.
Es entonces cuando aparece José Raúl Mulino en esta ecuación, pues fue uno de los propulsores del partido Unión Patriótica, y una alianza con el partido de Martinelli, Cambio Democrático. Aquello consolidó la amistad entre ambos, unidos por el interés común de desbancar al PRD.
Pasados aquellos años, Mulino y Martinelli volvieron a encontrarse en la misma acera, y el abogado logró la candidatura presidencial luego que el empresario fuera inhabilitado por el Tribunal Electoral para ser candidato presidencial. Mulino capitalizó el espaldarazo político de su amigo: «Martinelli es Mulino, y Mulino es Martinelli», y ganó ampliamente las elecciones de 2024.
Hoy, cinco meses y medio después de asumir la Presidencia de la República, las distancias entre Mulino y Martinelli se han hecho más largas, al punto de que desde la Cancillería panameña, se pidió al Gobierno de Nicaragua que «modere» el comportamiento de su huésped.
Panamá considera que Martinelli ha utilizado la sede diplomática del país centroamericano para «reunirse con sus aliados políticos». La posición de la Cancillería cuenta con el visto bueno del presidente Mulino. ¿Es el fin de la amistad?
Tras el pedido del canciller Javier Martínez Acha, el expresidente posteó esto en su cuenta X: «Veo las fuerzas envidiosas del mal tratando de crear problemas donde no hay. Para bailar, hacer el amor, peliar, ect, se necesitan 2 personas y si saben contar, no cuenten conmigo en ninguna pelea contra mi gobierno y mi gente, pero sobretodo, con mi amigo de hace decenas de años, el presidente JR Mulino . Vamos pa’lante@JoseRaúlMulino».
Luego de esto, Martinilli anunció que su cuenta de X había sido «hackeada». Sin embargo, la sensación de que hay algo más ha quedado flotando en el ambiente, como una pompa de jabón.