La desigualdad e injusticia sexual

Por John A. Bennett N. Empresario, piloto y exdirector de Aeronáutica Civil

La declaración magnífica de Thomas Jefferson que dio lugar al mayor experimento de libertad en el mundo se dio al enunciar el principio filosófico fundamento de la independencia estadounidense: “Todos los hombres son creados en igualdad”.

Desgraciadamente, antes de ello y desde entonces, no todas las personas han entendido lo que dijo y quiso decir Jefferson y demasiados persisten en usarlo de manera engañosa para adelantar causas vagabundas. Al respecto, Jefferson también escribió:

“Consideramos que estas verdades son sagradas e innegables: que todos los hombres son creados iguales e independientes; que de esa creación igual se derivan derechos inherentes e inalienables, entre los que se encuentran la preservación de la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.

Si vamos a hablar de igualdad, comencemos por preguntarnos: ¿igualdad de qué?¿De ingresos, de oportunidades, de dinero, de belleza física, inteligencia o, tal vez de oportunidad de coito? ¿Creen que me burlo o es tontería? Si existe derecho a la redistribución de agua, de ingresos, del décimo tercer, de descuentos a viejos, de salarios mínimos ¿por qué no derecho a la actividad sexual? Vamos a cerrar calles para exigir nuestros derechos; tal como el derecho reproductivo. Si eres pobre tienes derecho a subsidios, pero si eres feo, bocacho y hediondo no tienes derecho a un subsidio sexual… ¿Te parece justo? ¡Uy!, mejor por ahora dejamos el tema justicia a un lado.

¡Ojo!, que en algunos países de Europa han propuesto leyes bajo las cuales el llamado “Estado” paga a prostitutas para que atiendan a los minusválidos en asilos y tal, alegando que se trata de un “derecho”. En fin, las situaciones de desigualdad son interminables; tal como el hecho de que las mujeres más hermosas tienen mejor oportunidad de lograr un trabajo, un esposo adinerado y tal. ¿Acaso no debemos establecer impuestos por belleza para compensar a los feos? O ¿tal vez un impuesto a los altos para subsidiar a los chaparros? 0 ¿será que no estamos hablando de igualdad, sino de compensación por desigualdad?

Ante tales preguntas, unos contestan: “Libertad de oportunidades”. Otros, que si “libertad de ingresos o de resultados”. ¡Que lindo!, yo estudio y saco 5, y tú no estudias y también quieres un 5. ¿A eso llamas igualdad? O, un boxeador gana 100 millones y al poco tiempo todo lo despilfarró y los políticos le inventan un subsidio,

¿Cuándo una legislatura dicta salarios mínimos, descuentos a jubilados, décimo tercer mes; que en Costa Rica llaman el “aguinaldo”, ¿esto es igualdad en libertad? ¿Hay libertad e igualdad para el empleador obligado a pagar, según se les ocurre a los diputados y no a las realidades económicas y posibilidades de su negocio? O peor aún ¿hay igualdad y libertad en una ley que termina perjudicando a los trabajadores que han sido engañados creyendo que esa ley les conviene?

Precisamente, hace pocos días, el 23 de noviembre de 2004, sale un artículo en un diario que lee: “…porque la desigualdad, causa central de la pobreza…” ¿De veras? Qué fácil decir eso sin dar mayores explicaciones. ¿Qué si les digo que la desigualdad es la causa central de menos pobreza? Desigual es la inteligencia, el ingenio y el arrojo de quien inventó la computadora que hoy ha creado riquezas incalculables a todo el que logra aprovechar semejante genialidad.

Pero… qué curioso que los países con menor pobreza en el mundo son los que tienen menos leyes de redistribución y disque subsidios. Más aún, el economista Dan Mitchell nos cuenta que Mónaco tiene el mayor ingreso por persona en el mundo. Curiosísimo, ya que no tiene impuestos. ¿Será que los impuestos son malos? Como diría algún interiorano… “cuidao pue”.

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