El cambio de la vida de una persona que cumple una pena por delinquir es posiblemente uno de los milagros más importantes. Ese deseo de querer dejar atrás aquello que les hizo daño y los llevó a estar privados de su libertad, se ha convertido en acciones que tangibles y espirituales.
En el Centro Penitenciario de Penonomé, los privados de libertad se avocan a una tarea que les trae esperanza y redención, con el inicio de la preparación del tradicional nacimiento, que se coloca dentro del penal, para celebrar la llegada al mundo de Nuestro Señor Jesucristo.
Los privados de libertad trabajan con ingenio y dedicación. Preparan el nacimiento utilizando materiales reciclados y otros recursos para recrear el mágico paisaje de la llegada del Niño Jesús a Belén, un 25 de diciembre. que cada año, la comunidad cristiana sigue con fervor y alegría.
Desde la construcción de la cuna que albergará al Jesús, hasta la elaboración de las figuras representativas de sus padres, María y José, los pastores con sus rebaños, hasta la llegada próxima de los Reyes Magos el 6 de enero, cada detalle es cuidadosamente trabajado por los reclusos, inspirados en el amor y la espiritualidad.
La colaboración que se aprecia entre ellos durante estas labores, fomenta un sentido de comunidad, amistad y sana convivencia, en un entorno difícil, debido a su situación de privación de libertad, en la que están pagando su cuenta con la sociedad.
El proyecto fomentado por las autoridades del Centro Penitenciario de Coclé, junto con el Ministerio de Gobierno y autoridades locales, no es solo constituye una actividad artística y de fina artesanía, sino que además se convierte para los privados de libertad en un espacio de reflexión, en donde cada uno de ellos puede expresar sus anhelos de reconciliación con la sociedad, sus familiares y seres queridos, además de cambio positivo en lo personal.