El 9 de noviembre, día de libertad para Santiago

La visión de los líderes de aquel momento se engarza con la visión que en estos momentos guía al pueblo veragüense

Víctor Leonel Benavides Pinilla. Abogado, exmagistrado de la Corte

La historia de Panamá en su camino hacia la libertad y soberanía plena está ligada a dos centros de poder que ejercieron el dominio sobre su realidad económica, política y sociocultural. En primer lugar, la Corona Española a cuya dominación se vio sometida desde que los navegantes españoles llegaron al Istmo y colonizaron nuestras tierras. Fueron más de tres siglos que en nuestro territorio se seguían las leyes y directrices que provenían de la estructura y dirección del reino español. Este vínculo se rompió el 28 de noviembre de 1821, cuando los líderes políticos panameños proclamaron la independencia de Panamá y nuestro país se desligó de la hegemonía española.

Sin embargo, después de independizarse de España, los dirigentes panameños consideraron que había razones fuertes y racionales para anexarse a la Gran Colombia como proyecto liderado por el Libertador Bolívar. Por lo cual, se firma esa anexión que mantuvo a Panamá como parte de la hermana República de Colombia durante 82 años, pues al iniciar el siglo XX, ocurrieron varios acontecimientos, especialmente de tipo económicos y geopolíticos, que propiciaron la separación de Panamá de Colombia el 3 de noviembre de 1903.

El movimiento separatista desarrollado en la ciudad de Panamá se gestó muy rápidamente, debido a que fue un plan que se precipitó como reacción a la negativa del Senado Colombiano en la aprobación del Tratado Herrán-Hay sobre la construcción del Canal que era en ese momento de sumo interés para Panamá y que tenía el apoyo de Estados Unidos. La noticia de la separación proclamada por la Junta Revolucionaria en Panamá, se fue extendiendo a las demás provincias, después del 3 de noviembre, como un hecho de trascendental importancia para todo el país.

La proclamación de esta separación el 9 de noviembre, en Santiago de Veraguas, indica la fuerza que tenían los deseos de libertad en los ciudadanos de esta provincia

De acuerdo con informaciones suministradas por Manuel S. Pinilla y don Ignacio de Loyola Valdés, la noticia se supo en Santiago el día 4 de noviembre por medio de un emisario que la dio a conocer diciendo al grupo de patriotas santiagueños “LLEGÓ MATEA”. El movimiento se organizó con la participación de muchos santiagueños encabezados  por don Manuel S. Pinilla, Ignacio de Loyola Valdés, Juan Amador, Félix Guillén, Wenceslao Bustos, José Álvarez, Jerónimo Macías, Bernardo Macías, Luis García Fábrega, Juan Manuel Pino, Alfonso García, José del Carmen Pino, José Manuel Sánchez, Francisco Sánchez, Manuel González, Ramón González y otros ciudadanos.

El grupo de veragüenses organizados y partidarios convencidos de la separación proclamada en Panamá, en conjunto con el prefecto don Aníbal García se enfrentaron al General Berbey, que estaba a cargo del Cuartel militar dominado por el ejército colombiano y le exigieron que se rindiera y entregara el mando a la Junta Civil. El general Berbey decidió enfrentar al pueblo y disolver el movimiento con maniobras militares, pero el número de ciudadanos que se adhirió al movimiento aumentó y el prefecto don Aníbal García, intervino para evitar que el enfrentamiento derivara en violencia y produjera víctimas entre la población, convenciendo al general que la convicción del pueblo era categórica y que la liberación de Panamá era un hecho. De esta manera, el general Berbey tuvo que aceptar la voluntad del pueblo y someterse a los designios de la Junta Civil.

La Junta de Gobierno Provisional que se organizó por aclamación quedó integrada por los señores Juan Bautista Amador, presidente, Oscar Fábrega y Manuel S. Pinilla, secretario. La Junta convocó a un Cabildo Abierto el 9 de noviembre, durante el cual, se proclamó la separación de Colombia mediante un acta redactada por Manuel S. Pinilla, que fue firmada por todos los presentes.

La proclamación de esta separación el 9 de noviembre, en Santiago de Veraguas, indica la fuerza que tenían los deseos de libertad en los ciudadanos de esta provincia, y al unirse con convicción al concierto nacional de voces que se alzaron en apoyo a la gesta del 3 de noviembre, en Panamá, se demostró el carácter valiente y aguerrido que distingue a Veraguas.

Indiscutiblemente, la lucha por la libertad y soberanía está asociada a la ilusión política y económica que significa tener la posibilidad de construir el futuro con base en las propias decisiones. Para los veragüenses, el 9 de noviembre de 1903 incluye esa ilusión, porque en ese momento las consecuencias de políticas de olvido y despreocupación del gobierno colombiano, así como los conflictos y guerras sufridas durante los años anteriores, repercutían en la pobreza y en la situación de desesperanza en el interior del país.

La visión de los líderes de aquel momento se engarza con la visión que en estos momentos guía al pueblo veragüense, que sigue luchando con ahínco para que las políticas económicas, sociales, culturales y ecológicas del presente, alcancen a todos los ciudadanos de esta provincia, grandiosa por su geografía y por los liderazgos que ha ofrecido a la historia de Panamá.

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