Las cifras y estadísticas en una efectiva gobernanza

En la era digital, los datos se han convertido en un recurso tan valioso como el petróleo. Para una gobernanza efectiva, la precisión y veracidad de estos datos son fundamentales. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando la institución encargada de supervisar estas cifras está dirigida por alguien más comprometido con intereses partidistas que con sus deberes oficiales?

La Contraloría General de la República, bajo un liderazgo cuestionable en los últimos cinco años, plantea serias dudas sobre la fiabilidad de sus estadísticas. Este escenario recuerda el caso argentino de 2007, donde la manipulación de datos por el kirchnerismo resultó en condenas judiciales para funcionarios como Guillermo Moreno.

Las estadísticas sin una sólida credibilidad no solo socavan la confianza pública, sino que también distorsionan la toma de decisiones gubernamentales. Sin datos precisos, las políticas pueden desalinearse de las necesidades reales, desperdiciando recursos y potencialmente causando daño social.

Es imperativo cuestionar y verificar la integridad de nuestras instituciones estadísticas. Solo con datos confiables podremos construir una sociedad justa, eficiente y verdaderamente democrática.

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