La necesidad de recurrir a la memoria histórica en Panamá es crucial en momentos cercanos a las elecciones, ya que el país se enfrenta a decisiones trascendentales para su futuro.

Durante décadas, las decisiones tomadas en las urnas han tenido un impacto significativo en el rumbo del país. Quinquenio tras quinquenio, la decisión mayoritaria tomada en las urnas ha llevado a resultados desfavorables, a trayectorias accidentadas marcadas por la falta de visión y la corrupción desenfrenada, donde el país ha estado sometido a la avaricia y los malos manejos de unos pocos grupos minoritarios en desmedro de los intereses de las mayorías. Es imperativo reflexionar sobre cómo las decisiones del pasado han moldeado la realidad actual de Panamá. Cómo la falta de liderazgo sólido y la corrupción han impedido el desarrollo del país, afectando negativamente la calidad de vida de sus ciudadanos y la estabilidad política y económica.

Los panameños estamos obligados tomar decisiones más informadas y responsables en las elecciones que están a la vuelta de la esquina. Es fundamental elegir líderes que estén comprometidos con valores éticos, con la transparencia y la rendición de cuentas.

En conclusión, si es sincero el deseo de cambiar el rumbo de la Nación, resulta obligatorio elegir gobernantes comprometidos con el bienestar de la sociedad y la preservación de los valores éticos. No podemos sucumbir ante simpatías que rayan con la complicidad y que no obedecen a criterios ciudadanos sólidos. Tampoco podemos permitirnos repetir los errores del pasado. La memoria histórica nacional tiene muy bien identificados a los responsables del desastre actual. Es responsabilidad de todos los panameños recordar y aprender de la historia para construir un futuro mejor para todos.