La Cámara Opina
Las recientes actuaciones de la mayoría en la Asamblea Nacional vuelven a despertar serias preocupaciones entre los ciudadanos. Estando en pleno torneo electoral, en lugar de abordar de manera prioritaria temas críticos para la sociedad panameña, un número plural de diputados ha optado por impulsar Proyectos de Ley cuyos propósitos parecen más enfocados en ganancias políticas a corto plazo que en el beneficio genuino del país.
Uno de los aspectos más alarmantes es la insistencia en Proyectos de Ley como la creación inconsulta de nuevos corregimientos, cuya viabilidad y necesidad no han sido debidamente evaluadas ni discutidas con la ciudadanía; así como, el impulso de proyectos sin sustento económico, que crean incertidumbre en diferentes sectores de la sociedad.
Además, es inexcusable el hecho de que estos diputados hayan desviado la atención del Órgano Legislativo de iniciativas realmente importantes, como la Extinción de Dominio y las modificaciones al Reglamento Interno de la Asamblea, como ejemplos que podrían tener un impacto significativo en el desarrollo y la gobernanza del país. La omisión de discutir estos temas de importancia refuerza la idea de que la única agenda que interesa a quienes controlan el legislativo es la propia.
Es evidente que la Asamblea Nacional ha perdido de vista su papel como representante legítima del pueblo panameño. En lugar de servir como un foro para el debate informado y la toma de decisiones responsables, se ha optado por priorizar agendas eminentemente politiqueras.
En este contexto, rechazamos la actuación de aquellos diputados que buscan utilizar la Asamblea Nacional como un trampolín para sus propios intereses particulares y políticos.
Esperamos un Órgano Legislativo cuya actuación promueva el fortalecimiento de nuestra democracia, que trabaje de la mano con la ciudadanía por el futuro de Panamá. Es aquí donde la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá siempre será un aliado.
El destino de nuestro país está en manos de todos los panameños, y es el deber de todos los panameños asegurar que la Asamblea Nacional refleje verdaderamente los intereses y aspiraciones del pueblo panameño.