Los presidentes de Costa Rica, Rodrigo Chaves, y de Panamá, Laurentino Cortizo, se reunirán el próximo 7 de octubre en el sector fronterizo de Paso Canoas, en un encuentro que pretende llamar la atención internacional sobre las graves consecuencias que está teniendo para ambos países, principalmente para Panamá, el paso cada vez más grande de personas a través de la selva del Darién, hacia Estados Unidos y Canadá.
La reunión entre Chaves y Cortizo se concretó, luego que la pasada semana, los ministros de Seguridad de Costa Rica y Panamá sostuvieran un encuentro en el cual recorrieron los centros de acogida de migrantes irregulares en Darién y del que surgió como resultado la realización de un trabajo conjunto que lleve al mundo el mensaje de que esta forma de migración sin control no beneficia a ninguno de los dos países, además de estar causando situaciones de índole social y ambiental cada vez más graves.
De acuerdo con las últimas cifras sobre el movimiento de migrantes irregulares en paso por la selva del Darién, un total de 392 mil 388 migrantes en condición irregular ha ingresado a Panamá desde Colombia atravesando la selva del Darién.
De esta cifra, 247 mil 445 son personas de nacionalidad venezolana, lo que significa el 63% de la cantidad total. Esto, de acuerdo con las proyecciones de mantiene el Servicio Nacional de Migración de Panamá indica que hacia el último trimestre del presente año, la cifra de estos migrantes irregulares podría alcanzar el medio millón de personas.
El paso de estos migrantes irregulares ha producido además un daño irreversible en la selva del Darién, considerada como un patrimonio cultural de la humanidad, dada su importancia para el ecosistema y la vida silvestre; sin embargo, el paso indiscriminado de estas personas ha destruido gran parte de la flora y daños muy graves en el entorno natural del lugar.