A golpe de contradicciones

Panamá cuenta con leyes y es signataria de tratados internacionales en los que adquiere el compromiso de proteger sus mares. Como la Ley Nacional para la Gestión Sostenible del Medio Ambiente Marino y Costero, adoptada en el 2008; o la Política Nacional para la Protección del Medio Marino, asumida en el 2019; y, también, La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, ratificada por Panamá en 1986. Adicionalmente está comprometida con algunos otros tratados enfilados a proteger la biodiversidad marina.

Recientemente, el pasado mes de marzo, el Gobierno de Panamá organizó la VIII Conferencia Our Ocean, que reunió – en la capital del país- aproximadamente a unos 5 mil participantes entre funcionarios gubernamentales extranjeros, líderes empresariales, científicos y de la sociedad civil, que discutieron las amenazas que pesan sobre los océanos y acordaron algunas medidas para su protección.

Pero, como es costumbre en los gobernantes del patio, la contradicción y el absurdo pesan más que cualquier compromiso y la palabra empeñada pierde validez más pronto de lo esperado. Dieciséis organizaciones ambientales nacionales hicieron sonar las alarmas por las inminentes afectaciones que plantea el proyecto de extracción de arena frente al Parque Nacional Portobelo. Tres concesiones que suman mil 418 hectáreas de fondo marino las cuales pretenden extraer unos 14 millones de metros cúbicos de arena. Las organizaciones ambientales advierten de los impactos dañinos que acarreará dicha actividad en los recursos del mencionado Parque Nacional, además de los ocasionados a los manglares, pastos marinos, corales y el resto de las especies acuáticas del área. Advierten de graves antecedentes como el ocurrido en Isla Grande, donde actividades de dragado ejecutadas en el 2014 provocaron que cambiara notoriamente la línea de playa, lo cual puede constatarse realizando una comparación de las imágenes del año 2009 y del 2018 registradas en Google Earth.

No se trata de aparentar preocupación por el medio ambiente para el márketing político: se trata, efectivamente, de llevar a cabo lo asumido, cumplir con las medidas acordadas y sentar las bases para legar a las próximas generaciones un mundo mucho mejor que el que heredamos en nuestro momento. La Naturaleza y el futuro lo agradecerán.

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