En su primer encuentro con la prensa panameña, la nueva embajadora de los Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, aseguró que la situación de la migración irregular, así como el sostenimiento de la democracia y la lucha contra la corrupción, son los puntos relevantes en su agenda de trabajo como representante diplomática estadounidense en nuestro país.
Aponte hizo singular énfasis en la crisis migratoria que este año en Panamá ha generado el paso de más de 221 mil personas a través de la selva del Darién, así como la decisión de cerrar sus fronteras y, posteriormente, un fallo judicial en Washington que ordena su reapertura.
Sobre la crisis por la migración en la región,y particularmente en Panamá, la nueva embajadora aseguró que Estados Unidos «está trabajando en acuerdos para atacar la situación de manera efectiva».
«Lo que podemos hacer con la migración irregular en estos momentos es manejarla de una forma humana, ordenada y segura. A la medida que podamos llegar a esa meta podemos por lo menos proveer un alivio en el tema y el problema», destacó la Embajadora, quien hizo público su interés por visitar la provincia de Darién, para ver el asunto sobre el terreno.
Por otra parte, la diplomática boricua destacó que tanto Panamá como los Estados Unidos deben beneficiarse en un Tratado de Promoción Comercial, sin entrar en detalles sobre el pedido panameño de que el documento sea revisado y renegociado, para que no afecten en un futuro la producción y la economía panameña.
«El tratado va más allá, es más amplio, esta es una oportunidad para entonces ampliar y ver que otras áreas podemos trabajar en conjunto para que el comercio aumente, la inversión aumente», aseguró Aponte, sin hacer referencia a una posible renegociación en un futuro próximo.
Desde el año 2018, los Estados Unidos no había nombrado un embajador en Panamá; el último, John Feeley presentó su renuncia al cargo, aduciendo «razones personales».