Según Cortés, que el asegurado pueda retirar un medicamento agotado en la CSS en una farmacia privada «es un primer paso positivo», aunque a su juicio, el costo de este medicamento «lo terminará pagando al final el usuario», porque es a lo que lleva esta iniciativa.
«Si un medicamento cuesta 50 dólares en una farmacia privada, y el Seguro lo tiene, pero se le agota, entonces es el precio de 50 dólares lo que tendrá que desembolsar la institución a esta farmacia por la medicina. En principio, el asegurado no paga, pero al final, la medicina se adquiere al precio de la farmacia, no al precio del Seguro», explicó Cortés.
Señaló que para una persona con una jubilación mínima, el plan puede resultar beneficioso; «el plan no es malo, porque la expectativa es tener el medicamento para no morirse; sin embargo, el asunto es a qué precio se le comprará la medicina a la farmacia privada. Alguien tiene que pagar, y de algún bolsillo tiene que salir el dinero», apuntó.