El cheque en blanco.

Es hora que en la política del patio, los resultados sean determinados por la sustancia, no por la forma. Este sería un primer paso en firme para cambiar el extenso y ya casi permanente proceso degenerativo que ha dado al traste con la credibilidad y la confianza que deberían adornar a las figuras políticas y a aquellos que aspiran a cualquier puesto de elección.

Ante el imponente descrédito en que ha recalado la política criolla y quienes la ejercen, se ha hecho muy común recurrir a las “etiquetas” en un esfuerzo para ganarse el favor y la simpatía de los votantes. La más sopeteada es la de “independiente”. Durante los últimos años no son pocos los que han recurrido a la misma al percibir que el marketing electorero lleva a cabo esfuerzos ingentes por establecerla como sinónimo de virtuosismo político. Pero, ¿independientes de qué o quién?, ¿acaso de los abominables métodos y procesos con que se ha llevado a cabo hasta ahora la política?, ¿independientes de los paradigmas habituales que la han convertido en la puerta hacia la riqueza instantánea y repentina? Lo ideal sería una transformación profunda en las motivaciones ciudadanas que determinan el rumbo de las simpatías electorales hasta el momento de conceder el voto. La nación resultaría la gran ganadora si en vez de atender a promesas de beneficios y privilegios particulares futuros, rigiera en cada cual un estricto sistema de calificaciones basadas en los méritos personales, la trayectoria, el valor de las propuestas y planes de trabajo concretos.

La parábola de los lobos con pieles de ovejas sigue vigente y caer en el juego de las apariencias no garantiza ningún cambio de rumbo en la lamentable y acostumbrada historia política que ha regido hasta el día de hoy. Para la próxima cita ante la urna electoral, cada uno debe ser consciente que no son las etiquetas las que determinan la calidad de lo que se le intenta vender. Sobre la forma, debe primar el contenido. En este caso, a la hora de depositar el cheque en blanco que es el voto, son las ideas, las ejecutorias y los planes bien concebidos que apunten hacia un futuro del cual todos sean constructores y beneficiarios. ¡El momento de iniciar una ciudadanía responsable es ahora!

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