Se trata de una investigación de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, azote legal de Trump, que en enero ya presentó un informe en el que le acusa a él y a su organización de servirse de «valores fraudulentos» para obtener beneficios económicos, como «préstamos, cobertura de seguros y deducciones de impuestos.
El tribunal ha argumentado que la investigación paralela que lleva a cabo la Fiscalía de Manhattan –y en la que no están imputados ni han sido llamados a declarar el magnate y su prole, pero sí el director financiero de la Organización Trump, Allen Wisselberg– no es óbice para que James continúe con la suya.
A su vez, ha rechazado también el otro argumento utilizado por los Trump, quienes alegaron ser parte de una persecución política por parte de James, una reconocida demócrata, cuenta la cadena CNN.
James ha utilizado sus redes sociales para aplaudir la decisión de este tribunal de apelaciones y ha adelantado que la investigación seguirá adelante «sin inmutarse porque nadie está por encima de la ley».