Así lo ha asegurado este jueves el portavoz de la OMS, William Msemburi, quien ha detallado que la mayor parte de fallecimientos, es decir, el 84 por ciento, se concentra en el sudeste asiático, Europa y América. En el caso de los países de renta media-baja y meda-alta han representado el 81 por ciento de la cifra total, es decir, el 53 por ciento pertenece a los países de renta media-baja y el 28 por ciento a los de renta media-alta.
Asimismo, se ha desglosado que existe un exceso de fallecimientos en algunos países, por lo que las cifras podrían representar alrededor de nueve millones más de muerte. Por ejemplo, en este caso, el experto ha indicado que en India se han producido 4,7 millones de muertes, lo que supone diez veces más que las cifras oficiales.
La OMS también ha registrado un mayor exceso total de muertes en países como Rusia, Indonesia, Estados Unidos, Brasil, México y Perú.
Las estimaciones para un período de 24 meses (2020 y 2021) incluyen el desglose del exceso de mortalidad por edad y sexo. Confirman que el número global de muertes fue mayor para los hombres que para las mujeres (57% hombres, 43% mujeres) y mayor entre los adultos mayores. El recuento absoluto del exceso de muertes se ve afectado por el tamaño de la población. El número de muertes en exceso por cada 100.000 ofrece una imagen más objetiva de la pandemia que los datos de mortalidad por COVID-19 informados.
«La medición del exceso de mortalidad es un componente esencial para comprender el impacto de la pandemia. Los cambios en las tendencias de mortalidad brindan información a los tomadores de decisiones para guiar las políticas para reducir la mortalidad y prevenir crisis futuras de manera efectiva. Debido a las inversiones limitadas en sistemas de datos en muchos países, el verdadero alcance del exceso de mortalidad a menudo permanece oculto», ha asegurado la Subdirectora General de Datos, Análisis y Entrega de la OMS, la doctora Samira Asma.
La medida utilizada por el organismo sanitario se basa en calcular el exceso de muertes que se ha producido desde el inicio de la pandemia, en función de las cifras habituales de personas fallecidas en este tiempo, tal y como han explicado los expertos. La OMS también tiene en cuenta las muertes que no se produjeron directamente de la enfermedad, sino de los efectos secundarios que ha generado el virus.
La producción de estas estimaciones es el resultado de una colaboración global respaldada por el trabajo del Grupo Asesor Técnico para la Evaluación de la Mortalidad de COVID-19 y consultas de países.