mortalidad por COVID-19

Obesidad, diabetes y presión arterial alta aumentan la mortalidad por COVID-19, sobre todo en adultos jóvenes

Foto de Towfiqu barbhuiya en Pexels

Precisamente, en esta franja de edad aún no se ha estudiado adecuadamente. La obesidad y los niveles elevados de glucosa en sangre se consideran factores de riesgo para desencadenar enfermedades coronarias, como accidentes cardiovasculares o cardiopatía isquémico en jóvenes, así quisieron observar si también lo era en el caso de la Covid-19 en pacientes jóvenes.

Para averiguar si la obesidad, la diabetes y la presión arterial elevada influyen en la gravedad de la COVID-19 y aumentan la mortalidad asociada, investigadores del Centro Alemán de Investigación de la Diabetes (DZD), el IDM (Instituto de Investigación de la Diabetes y Enfermedades Metabólicas del Centro Helmholtz de Múnich) en la Universidad de Tübingen), y el Centro Alemán para la Investigación de Infecciones (DZIF), entre otras instituciones, analizaron las muestra en un estudio reciente basado en datos de la Encuesta abierta europea Lean para pacientes infectados por SARS-CoV-2 (LEOSS).

«Los resultados mostraron que la obesidad, el metabolismo alterado de la glucosa en sangre y la presión arterial alta tienen un efecto aditivo en la mortalidad relacionada con la COVID-19, especialmente en pacientes jóvenes y de mediana edad con COVID-19», ha señalado el profesor Norbert Stefan, primer autor del estudio.

Además, se encontró que los pacientes de este grupo de edad con las tres condiciones preexistentes tenían un riesgo de muerte similar al de las personas mayores (56-75 años), que eran metabólicamente sanas y no obesas.

«Por lo tanto, es particularmente importante intensificar el seguimiento médico y la terapia de los pacientes más jóvenes con COVID-19 cuando hay obesidad, diabetes o presión arterial elevada», dijo el último autor del estudio, el profesor Andreas Birkenfeld, director médico de la Clínica Médica IV de la Universidad de Tübingen, jefe del IDM y portavoz del DZD.

Sobre la base de su gran experiencia sobre el importante papel de la obesidad y el metabolismo alterado en el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas, ambos investigadores abordaron estos riesgos y estrategias para mitigarlos ya temprano en el curso de la pandemia de COVID-19.

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