«Seguiremos haciendo todo lo posible», pero «tenemos que seguir recordando aún más fuerte a algunos líderes occidentales que esto será una derrota moral para ellos y su prestigio si Ucrania no recibe armamento avanzado», ha advertido el presidente ucraniano en un nuevo discurso este viernes.
«Los misiles rusos no caerán por las escopetas. (…). Estamos derribando tanto como podemos misiles rusos y destruyendo sus aviones y helicópteros a pesar de que todavía no tenemos armas antimisiles adecuadas», ha remarcado Zelenski.
«No tenemos suficientes aviones de combate, pero tenemos un objetivo, puro y justo, proteger a nuestra gente, nuestro Estado», ha enfatizado el presidente ucraniano, que ha pedido que cada uno de los «viles» ataques rusos tengan consecuencia económicas. «Hay que reforzar las sanciones», ha demandado.
«Estamos discutiendo el próximo paquete de sanciones contra Rusia (…) para hacerles sentir que cada misil contra nuestro Estado, cada bomba, cada disparo tiene un precio para el presupuesto ruso, para sus empresas, sus ambiciones y para las personas que representan al Gobierno», ha recalcado Zelenski, quien ha agradecido todas las iniciativas internacionales en este sentido.
El líder ucraniano ha asegurado que en caso de no castigar ahora a Rusia, habrá «otros agresores en el mundo que comenzarán otras guerras» por lo que es necesario, ha insistido en actuar contra aquellos que «sueñen con conquistar a sus vecinos», recoge la agencia Ukrinform.
En ese sentido, Zelenski ha advertido a Moscú de que la guerra que han iniciado solo servirá para «quemar su riqueza nacional» y confía en que todo lo que la sociedad rusa ha logrado construir en los últimos 25 años quede «destruido» y vuelvan al «desastre de la década de los 90».
«Será una caída para ellos, una caída dolorosa, y lo sentirán, incluso a pesar del ‘opio del pueblo’ de los propagandistas de la televisión», ha vaticinado un Zelenski que a pesar del mal futuro que les augura, no hay nada que pueda consolar al pueblo ucraniano «porque los muertos no resucitarán, ni se sanarán las heridas emocionales, ni se restaurarán las ciudades».