En este sentido, la economista búlgara ha señalado que, además de la pandemia, muchos países tendrán que enfrentarse también a un ciclo monetario más restrictivo, al tiempo que la sostenibilidad fiscal debe recibir cada vez mayor atención, después de que las medidas implementadas durante la crisis elevaran la deuda, tanto pública como privada, a 226 billones de dólares.
«Los indicadores económicos apuntan a un impulso de crecimiento más débil en 2022 debido a la aparición de la variante ómicron y las interrupciones de la cadena de suministro que son más persistentes de lo previsto anteriormente», ha subrayado Georgieva, añadiendo, que, al mismo tiempo, la inflación sigue siendo alta en muchos países, los mercados financieros son más volátiles y las tensiones geopolíticas han aumentado considerablemente.
De este modo, la directora del FMI considera que una fuerte cooperación internacional y una extraordinaria agilidad de las políticas serán cruciales para sortear la compleja «carrera de obstáculos» durante 2022.
En primer lugar, ha reclamado más esfuerzos para combatir la «Covid económica persistente», con una previsión de pérdidas para 2024 vinculadas a la pandemia de 13,8 billones de dólares.
«Mantener estas herramientas actualizadas a medida que evoluciona el virus requerirá una inversión continua en investigación médica, vigilancia de enfermedades y sistemas de salud que ayuden a los países a llegar a ‘la última milla’ en cada comunidad», ha apuntado.
Asimismo, ante el cambio de ciclo monetario en varios países, ha advertido de que las políticas macroeconómicas deben calibrarse cuidadosamente según las circunstancias de cada país, mientras que también es necesario gestionar el riesgo de posibles efectos indirectos, especialmente para los mercados emergentes y los países en desarrollo.
«Debemos luchar contra la inflación sin perjudicar la recuperación», ha defendido Georgieva.
Por otro lado, la búlgara ha señalado que, si bien muchos países se enfrentan una deuda más alta, se debe priorizar la ayuda a aquellos países que necesitan una reestructuración de la deuda.
EUROPA PRESS