Panamá extraditó a Estados Unidos al militar retirado colombiano Mario Palacios, presuntamente involucrado en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, tras ser detenido en un aeropuerto panameño, informó este martes la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine.
«En la noche de ayer (lunes) arribando de un vuelo proveniente de Jamaica se detuvo por las autoridades migratorias de Panamá al señor Mario Palacios, presuntamente implicado en el homicidio del presidente de Haití», dijo Gozaine a la AFP.
Palacios fue detenido en octubre en Jamaica y el martes se dirigía a Colombia tras ser deportado del país caribeño por falta de pruebas.
Sin embargo, al hacer escala en el aeropuerto internacional de Tocumen fue detenido por las autoridades panameñas.
Según Gozaine, tras su arresto, Palacios «aceptó acogerse a la extradición voluntaria por lo que anoche mismo abordó un vuelo hacia Miami (Estados Unidos».
La funcionaria panameña afirmó que la detención de Palacios se produjo porque existía una alerta de Interpol en su contra por tener en Estados Unidos «cargos de homicidio y de conspiración para matar».
Palacios está presuntamente involucrado en el asesinato, el 7 de julio de 2021, del presidente Moise, después de que un comando irrumpiera en su residencia privada y lo acribillara a tiros.
Aunque varios haitianos, dos estadounidenses y unos 15 colombianos acusados de participar en el asesinato de Moise fueron encarcelados en la prisión de Puerto Príncipe desde el verano, la investigación sobre el magnicidio no parece avanzar.
El asesinato del presidente Moise amplificó la profunda crisis política en la que Haití está inmerso desde hace años.
Ahora, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, también denunció un intento de asesinato en su contra.
En una entrevista con la AFP publicada el lunes, Henry dijo que tuvo que abandonar precipitadamente las celebraciones de la fiesta nacional, organizadas el sábado en la ciudad de Gonaives, bajo ráfagas de disparos que impactaron en su vehículo blindado.
Sin un parlamento funcional desde hace dos años y con un poder judicial paralizado, Haití se hunde en una crisis de gobernanza que agrava la pobreza de por sí endémica.