Durante este encuentro realizado el pasado 30 de septiembre múltiples aficionados visitantes afirmaron que fueron insultados y amenazados por la afición local.
La comisión de disciplina de la UEFA lo estableció como un «comportamiento racista» por medio de un comunicado.
Ese partido vio a los alemanes llevarse el triunfo ganando el partido 3-0 en el Estadio Olímpico de Berlín, el cual fue construido durante el periodo nazi, para ser sede de los Juegos Olímpicos de 1936.
Dirk Zingler, presidente del Unión Berlín presentó sus disculpas después del juego, hablando sobre el comportamiento «vergonzosos e intolerables». Uno de los aficionados fue identificado y ha sido suspendido de por vida por el club. Por otro lado, la policía ha iniciado una investigación sobre los incidentes.
El conjunto de Berlín solicitó a la federación alemana que el aficionado no pueda entrar a ningún estadio del país.
La sanción impuesta por la UEFA hacia el club será que dos sectores del estadio estarán vacíos para el enfrentamiento ante el Feyenoord con una pancarta de «#NoToRacism» («No al racismo») que será desplegada en las tribunas.