El Ministerio de Salud (Minsa), se ha mostrado flexible con algunos cambios de aforos y restricciones en el país, con las medidas contra la Covid-19 y desde el 20 de septiembre será el turno de los templos y celebraciones litúrgicas.
La Conferencia Episcopal Panameña (CEP), anunció que el aforo para los templos y sitios religiosos se ampliará a un 50% del total con personas que tengan una o ninguna dosis y que solamente se registrará un 80% del total si los feligreses presentan constancia física o digital de contar con las dos dosis de la vacuna contra la Covid-19.
En dicho caso debería ser por medio de la tarjeta que se otorga de forma individual cuando se colocan la vacuna o por medio del código QR.
“Se deja a criterio de cada párroco y el Comité Parroquial de Salud e Higiene Covid-19 implementar el incremento a 50% u 80%, dependiendo de las condiciones particulares de la comunidad que atienden”, expresaron desde la CEP.
Reglamento
Los obispos «conscientes de que casi la mitad de la población no ha recibido aún ninguna dosis de vacuna», por lo que anunciaron que «los párrocos y los comités parroquiales antivacunas establecerán algunas misas, en horarios concretos, con aforo limitado al 50%, para que las personas no inmunizadas puedan participar en la celebración eucarística».
Por otra parte, se comunicó que la transmisión en directo de los ritos litúrgicos sigue vigente, a la espera de que la campaña de vacunación llegue a un mayor porcentaje de la población.
Bioseguridad
Con la amplitud de los aforos a un 80% (para los que tienen el esquema de vacunación completa) y del 50% para los que solo tienen una o ninguna, las autoridades religiosas recordaron que se deben mantener las normas de bioseguridad.
Recordaron el uso permanente de mascarillas, careta, gel alcoholado o alcohol, además de distanciamiento. La única medida que ya se eliminó, fue la toma de temperatura.
El CEP también dejó claro que en casos extremos» o por «situaciones particulares», los párrocos y las juntas parroquiales anti-Covidi-19, pueden optar por cerrar el lugar de culto donde prestan sus servicios.