El año 2020 pasará a la historia como el año de la pandemia, con enormes consecuencias para la salud, la economía y el aumento de las desigualdades.
Así lo dio a conocer la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), -que atiende en Panamá, a través de Microserfin-, en el informe “Midiendo lo que realmente importa”, en el cual revela los resultados de más de 17 mil encuestas realizadas a microempresarios en América Latina, incluyendo a Panamá, sobre el impacto de la crisis generada por la Covid-19 en sus negocios y hogares.
El reporte destaca que en el caso de Panamá el impacto de la crisis ha sido severo en los emprendimientos o pequeños negocios con limitaciones de capital y deudas, especialmente los dirigidos por mujeres.
Kira Gardellini, gerente de Mercadeo y Experiencia del cliente en Microserfin indicó que de los más de 14 mil clientes atendidos al cierre de 2020, el 19% se encontraba en situación de pobreza y un 63% eran vulnerables.
El toque de queda, y las medidas impuestas para frenar la Covid-19 ha impactado económicamente a las microempresarias. La mayoría son informales que dependen de las ventas o actividades diarias.
De las actividades que se han visto más afectadas son las de pequeño comercio, que prevalecen entre las mujeres y en las áreas urbanas. De ellas sólo cuatro de cada diez mantenían su negocio en funcionamiento al cierre de 2020.
También que en todos los sectores las mujeres han sufrido pérdidas de ventas más elevadas que los hombres y se debe principalmente al hecho de que las mujeres se encuentran sobrerrepresentadas en aquellas actividades que han tenido mayor impacto negativo por la crisis como el comercio, la industria manufacturera y las actividades de hostelería y restaurantes. Esto ha expuesto a sus hogares a un elevado riesgo de caída en la pobreza.
Según las cifras de la encuesta a microempresarios panameños 6 de cada 10 tomaron alguna medida. Casi un cuarto ha recurrido a medidas financieras, especialmente alivios de sus créditos concesión de períodos de gracia, o a los ahorros del hogar para hacer frente a los gastos mensuales. El 22% adaptó su negocio al nuevo contexto. Entre éstos, la medida predominante ha sido cambiar o dar un nuevo giro al negocio, seguida por implementar entregas a domicilio y añadir canales digitales de venta y comunicación con los clientes y diversificar.
El informe también revela que sólo 44% de los negocios de los clientes estaban abiertos en julio de 2020 y 50% en diciembre. Además, 86% de los que los mantuvieron abiertos sufrieron una reducción en sus ventas entre el comienzo del confinamiento y noviembre de 2020. Sin embargo, un 11% consiguió mantenerlas y el 3% aumentarla.
Acceso al crédito
Debido a la situación sanitaria y económica, cada vez ha sido más restrictivo el acceso al servicio financiero, no obstante la empresa comercial de capital privado asegura que el año pasado entregó 5 mil 225 créditos por un monto promedio de $1,593.
Después de que comenzara la pandemia, la demanda de crédito ha sido mayor en el sector agropecuario (49% de los desembolsos) y en las áreas rurales, sin embargo en todos los sectores el porcentaje de créditos destinados a las mujeres ha disminuido.
“La demanda de crédito se ha concentrado más entre las que se dedicaban a la venta de comida y bebidas o tenían pequeños quioscos y abarroterías, que son precisamente quienes menos se han visto afectadas por la crisis. Es decir, las personas cuyas actividades han sufrido menos, han sido las más propensas a solicitar un crédito”, destaca el reporte.
Según datos oficiales, el parque empresarial local está conformado en su mayoría por micro, pequeña y mediana empresa. Son 60 mil 740, en su mayoría micro negocios.