Del estallido social a la constitución que cambiará la historia de Chile

El liderazgo emergente de Elisa Loncón, una profesional altamente calificada, de la etnia Mapuche, y propulsora de un cambio en la historia del país austral sustentado en 3 pilares: un Estado multinacional, ambientalista y feminista / Tomada de Twitter

En octubre de 2019, se produce un estallido social en ese país que, obligó a las instituciones a abrir la oportunidad para poner fin al modelo neoliberal impuesto por el régimen militar de Augusto Pinochet.

Un año después, el 25 de octubre de 2020, y en un contexto de pandemia, se desarrolla un plebiscito para preguntar a los ciudadanos si estaban de acuerdo con iniciar un proceso constituyente para redactar un nuevo pacto social, y definir su mecanismo.

La respuesta fue abrumadora. El porcentaje de votación fue 51%. Una cifra que superó las alcanzadas en procesos electorales anteriores.

El 78% votó “Apruebo” y un 79% eligió como vía una “Convención Constitucional”.

En mayo de este año, se convocó a la elección de 155 convencionales.

Participan, los pueblos indígenas luego de lograr que el Congreso chileno aprobara una ley de escaños reservados.

El sistema de paridad de género -único en el mundo- abrió espacio al 45% de las mujeres.

Los independientes logran 48 escaños, que les asegura un tercio de los convencionales.  La izquierda y centroizquierda en oposición, alcanzan 53 escaños, para superar entre ambos; los dos tercios del total.

Finalmente, el voto castigo lo vivificó la representación gubernamental.

Por segunda vez en la historia del país austral, la redacción de una carta magna queda en manos de convencionales. En 1833, se redactó y aprobó por la Gran Convención la segunda Constitución del país.

El pasado 4 de julio, Elisa Loncón, una profesional activista mapuche fue elegida por mayoría absoluta para presidir la redacción de una nueva constitución.

Elisa Loncón a su salida del Palacio Pereira en Santiago de Chile, durante la primera jornada como presidenta del órgano constituyente / JAVIER TORRES – AFP

Educada en medio de la pobreza, Loncón emerge con un liderazgo que rompe todos los estigmas y paradigmas de una sociedad que se caracterizó por la discriminación y marginación de los pueblos originarios.

Titulada como profesora de inglés de la Universidad de La Frontera, en La Araucanía, tiene estudios de posgrado en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya y en la Universidad de Regina en Canadá.

Además de un doctorado en Humanidades por la Universidad de Leiden, Países Bajos; y un doctorado en literatura en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Loncón, sintetiza este cambio en la historia del país austral en 3 conceptos: un Estado multinacional, ambientalista y feminista. Alejado de la discriminación racial y la marginalidad.

Hemos consultado con expertos, las lecciones que tiene para América Latina esta experiencia

Enoch Adames – Sociólogo

La crisis social que se produce en Chile y que tiene en un aparentemente inocuo detonante con los estudiantes, es la crisis de un sistema político- económico en dos líneas de fuerza fundamentales:

En lo económico, la crisis de un modelo que privatizó todos los aspectos de la reproducción de la vida, individual y familiar.

La demanda durante el estallido social en 2019 exigía el cambio constitucional  / AFP

Tan así que Chile es el único país en el mundo donde el acceso al agua está privatizado.

En lo político, una crisis de representación de un sistema político que fluía a través de una organización de partidos tradicional que excluía a importantes sectores de la sociedad civil.

La «convención constituyente» es la expresión de un gran movimiento donde la mayoría de los no representados por los partidos políticos tradicionales, están ahora representados.

Jóvenes, artistas, feministas, indígenas, discapacitados, marginales,  profesionales y clase media empobrecida, entre otros.

Es en ese contexto histórico,  pero también en el antecedente de las luchas del pueblo mapuche por sus ancestrales tierras en la Araucanía, donde hay que valora la elección de una mujer, una indígena y una profesional como presidenta de la convención constituyente.

La lección para la región es que las instituciones políticas y los modelos económicos en la medida en que no estén orientados a la participación,  inclusión y cohesión social, serán más temprano que tarde sobrepasados por los ciudadanos.

Carlos Lee – Presidente de la Alianza Pro Justicia

La experiencia de la Convención Constituyente chilena es una gran enseñanza para toda América Latina.

Obligar a ceder a los poderes políticos, económicos visibles y los no visibles que a lo largo de la historia no han atendido las exclamaciones del pueblo, es un gran triunfo.

Fue logrado después de muchas presiones expresadas en marchas, protestas hasta llegar a paralizar al país.

Esto determinó que se abriera una consulta amplia a través del referéndum que no sólo definió que el pueblo quería un nuevo pacto social que logre consensuar los principios básicos.

Además, mandató el mecanismo para elegir a los convencionales que tendrán la responsabilidad de redactar la nueva Constitución.

Los resultados son sorprendentes ya que hubo una clara determinación de limitar a la clase política tradicional.

Los 115 convencionales son personas nuevas, independientes de los partidos políticos, dirigentes sociales y comunitarios.

Los excluidos tradicionalmente, asumen la responsabilidad de generar acuerdos que den origen a una nueva Constitución.

La decisión de elegir a Elisa Loncón, está cargada de simbolismo y evidencia el espíritu que predomina en la Convención Constituyente.

Con el voto de 96 convencionales, mayoría absoluta, se elige a una mujer, indígena de 58 años, activista de la etnia mapuche, grupo originario mayoritario.

Definitivamente que el mensaje es claro: La disposición de cambiar la historia chilena.

 

 

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