Sin entrar a ver o valorar lo que fue la Guardia Nacional, luego su paso como Fuerza de Defensa y el daño de imagen que aun cargan. Igualmente dejando a un lado lo que se dio con la invasión de los Estados Unidos, que simplemente desnudo la capacidad y profesionalismos de los mal llamados soldados, quiero analizar que esta pasando con los constantes cambios de mandos en las jefaturas de la Policía Nacional.
Desde hace varias décadas, se dio a la tarea de desvirtuar la tesis de que la Policía Nacional debería ser dirigida por un civil, sucedió con Endara que tuvo oficiales activos 3 y 3 civiles; Pérez Balladares solo tuvo de Director a José Luis Sosa y Mireya Moscoso a Toti Bares y, a inicios del gobierno de Martin Torrijos con Gustavo Pérez y Rolando Mirones, quien luego reforma la Ley y le da paso al primer oficial para que se encargara de la Policía Nacional, como su máximo jefe. De ahí nació la cuarta estrella que se guindan al hombro.
Lo cuestionable de este hecho, es que una vez colocado un oficial activo al mando, se comenzó a armar los famoso clanes y esto debido a que muchas veces, por no decir todas, se coloco a un oficial que no era el mas antiguo de su promoción y que adicional nunca supieron darle forma a ese cuerpo policial. Ahí, en ese periodo de Torrijos estuvo Jaime Ruiz encargado y lo reemplazo Francisco Troya, que luego en una jugada rara pasa a ser Embajador de Panamá en México cuando gana Martinelli.
Con Ricardo Martinelli se dan aumentos altísimos de salario y se trae a un ex oficial, Gustavo Pérez hijo, que si hubiese seguido en la Policía Nacional no tendría la antigüedad de otros, pero quedo siendo el jefe de muchos superiores de su época de proclama. Ese periodo lo termino Julio Molto, con pocos roces y logro mantener una unidad, por lo menos en apariencia, normal. Posterior al cambio de gobierno viene el quinquenio de Varela, donde se trastoco todo lo que faltaba.
Con supuestas injerencias extranjeras, comentarios de pasillos, se colocó muchos oficiales por encima de otros mas antiguos, como Jefes. Omar Pinzón que estaba en Estados Unidos lo traen ungido y arma su combo. Por otro lado, al Ministerio de Seguridad mandan a un Subcomisionado que se supone es el jefe del Director de la Policía y del SENAN, SENAFRONT etc., pero que nadie le paraba bola. No lo aguantan mucho tiempo y debe regresar a su antiguo rango, como subalterno de los que antes era su jefe. Vergonzoso.
Varela no conforme con colocar unidades policiales, y en claro mensaje de desconfianza a su propio partido, decide regar en muchas entidades Policías y sobre la marcha otorgar una cantidad de ascensos que hoy son cuestionados. Festinaron con la disciplina castrense y tiraron al piso ese respeto que se gana un soldado por cada rango que alcanza con esfuerzo y dedicación. La Policía se volvió un mercado persa de paipas y estrellas. Varela Termino con Vega Pino, solo para otorgarle su jubilación especial de Director General.
Cuando ingresa Cortizo Cohen, se sigue la practica de mantener un oficial en activo como Director. Pero cuando se observa, por la cantidad de Comisionados que existen, ya no se fijan en cual tiene el mérito, sino cual hace el mandado y por simple lógica lo dejan hasta jubilarse, Así paso con Miranda, que es reemplazado por Medina, que no dura en el cargo ni 6 meses, supuestamente por un video difundido, sin aprobación, que es cuestionable, cuando en otras instituciones se están llevando hasta el edificio.
Mientras en el Ministerio de Seguridad, Cortizo vuelve a cometer el error de designar a un oficial activo, en este caso del Senan, como si en los despachos administrativos se combatiera la delincuencia. Ahí se planifica y establecen políticas de combate a la criminalidad, no siendo necesario acuartelar un Ministerio, donde aun cuando no quiera, el Ministro Pino, viola la Constitución, pues se convierte en un sujeto deliberante, cada vez que participa de un Consejo de Gabinete, donde se vota temas netamente políticos. Todavía tengo las dudas de la salida de Mirones, que parecía más un plan orquestado a nivel interno de la Policía, por sus investigaciones y demandas.
En fin, como exigirle una moral alta a la Policía Nacional, si ya ese orgullo de ganarse un ascenso se ha perdido, por la incursión de la política en la designación; no se respeta rango, antigüedad ni nada, pues vemos que el ultimo Director Designado Dornheim, resulta que es un Sub Comisionado que, por obra de arte, pasa a ser jefe de todos sus Comisionados superiores.
Los gobiernos se han ido volviendo rehenes de la Policía Nacional, los vuelven intocables y no se atreven a realizar una reforma sustancial, que pase a retiros a muchos oficiales de altos rangos y establezca el límite máximo que puede existir de Comisionados y Subcomisionados. Así como los años de servicios para acceder a cada rango superior deben aumentarse.
En la Policía se le asigna gastos de representación a oficiales desde Mayor para arriba, sin saber si tiene o no funciones que lo ameriten, solo por alcanzar un rango. Ojalá se atrevan de una vez por todas hacer los ajustes necesarios, pues lo que están creando es una organización, de poder paralelo, sin respeto a la institucionalidad y donde cada vez mas unidades, son sorprendidas en actos delictivos, porque ese don de mando no existe y el respeto ya solo es parte de un decálogo. Así veo las cosas y así las cuento.