Un tribunal de la ciudad belga de Amberes solicitó penas de uno a cuatro años de prisión y pesadas multas a los responsables por el escándalo con huevos contaminados con fipronil, que sacudió la industria avícola europea en 2017.
En total, siete personas y cuatro empresas fueron acusadas de importar, vender o utilizar desinfectantes enriquecidos con fipronil, un poderoso insecticida que suele usarse en productos para combatir las pulgas en mascotas domésticas.
Los pedidos más severos son contra Patrick Remijsen, quien en 2017 era director de la granja avícola Agro Remijsen, que actualmente se encuentra en quiebra.
El empresario enfrenta ahora un pedido de cuatro años de prisión, 10 años de prohibición de actuar en el mercado avícola, y una multa de 800.000 euros (unos 960.000 dólares).
El escándalo sacudió la cadena de la industria avícola en casi toda Europa, y tuvo repercusiones hasta en Hong Kong, donde se identificaron huevos contaminados.
Solamente en Bélgica unos 77 millones de huevos destinados al consumo humano tuvieron que ser destruidos, y unos dos millones de aves de corral debieron ser sacrificadas.
Bruselas, Bélgica