Alta velocidad en competencias de monoplazas o en pistas de rally. Adrenalina, rugido de motores y emociones que no parecen estar asociados a la preocupación por el medio ambiente. Sin embargo, el cambio climático global obliga a que todas las industrias busquen reducir su impacto en el planeta y el automovilismo no es la excepción.

La Extreme E es la prueba más reciente del compromiso de la industria con las competencias de automóviles que emitan cero emisiones. Hace una semana arrancó la primera temporada de esta primera carrera de autos eléctricos de rally, un nuevo deporte de motor. Consiste en una competencia con mucha conciencia ambiental porque se realizará en cinco destinos del planeta, áreas elegidas por su grado de devastación.

Además de disfrutar con la destreza de los pilotos corriendo a alta velocidad, los seguidores podrán conocer los efectos del cambio climático en lugares tan remotos como Arabia Saudita y su desertificación, Senegal y los efectos en el océano, Groenlandia y los deshielos del ártico, Brasil y la amenazada selva amazónica.

El objetivo es inspirar y motivar a más personas y empresas a comprometerse con salvar el planeta, a la vez que los fabricantes pueden probar sus nuevas tecnologías. Otro atractivo es que participan en la organización de uno de los equipos tres campeones de Fórmula Uno: Jenson Button, Nico Rosberg y Jenson Button, que también es piloto esta temporada.

La Extreme E se suma a la Fórmula E que este fin de semana realizó en Roma su segunda fecha de la temporada 2021. Bólidos de alto desempeño se enfrentan en la pista con energía 100% eléctrica y este año, por primera vez, tiene categoría campeonato mundial.

Algunos asociaban el reemplazo de los derivados de petróleo solo con menor contaminación, pero esta competencia demuestra un alto nivel que complace a los seguidores del automovilismo.

Se trata de una competición ideada originalmente en el 2011 entre el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo Jean Todt y el fundador de la Fórmula E, el español Alejandro Agaga. Pensaron en una serie de carreras callejeras eléctricas para lograr un mundo más limpio y demostrar todo lo que los autos eléctricos pueden lograr.  Debido a su éxito se convirtió en una organizada competición de movilidad eléctrica con 12 equipos y 24 pilotos.

Comenzó en el 2014 en el Parque Olímpico de Pekín y año a año gana cada vez más audiencia e importancia a un ritmo acelerado. La clave es que se involucren las marcas de automóviles de calle, que han estado en mejorar el tema de la autonomía y la duración de las baterías.

Para muchos el futuro de la industria automovilística será eléctrico y la Fórmula E podría reemplazar a la Fórmula Uno. Sin embargo, no parece que el cambio sea fácil. Por trayectoria, fanaticada y el impacto que genera la Fórmula Uno seguirá reinando muchos años más.

De hecho, la propia competencia reina del automovilismo se propone dejar en cero su huella de carbono para el año 2030. Para ello, se está trabajando en optimizar los motores híbridos, utilizar combustibles sintéticos y dar mayor potencia con la menor energía.

Un paso en esa misma dirección es que la Fórmula Uno se propone contar con oficinas verdes en los equipos, y para ello deben funcionar con energías renovables. Cada evento debe ser sostenible, para ello se busca eliminar los plásticos de un solo uso de parte del público y reutilizando o compostando los residuos.

El entusiasmo por las competencias y el cuidado del medio ambiente lleva a algunas marcas a apostar por tecnologías más eficientes y menos contaminantes. Por ejemplo, los organizadores del campeonato Porsche Mobil 1 Supercup anunciaron que utilizarán combustibles más bajos en carbono. En un primer paso, la copa internacional monomarca utilizará biocombustibles avanzados y eFuels que tienen el potencial de reducir las emisiones de CO2 de manera significativa.

En 2021, los pilotos de la Porsche Mobil 1 Supercup disputarán las ocho carreras de la temporada con una mezcla de combustible de base biológica. Este biocombustible avanzado es obtenido a partir de productos de desecho de alimentos. Son mezclados componentes adicionales para conseguir las propiedades del combustible y el comportamiento de la combustión requeridos. Será posible conseguir un combustible de aproximadamente 98 octanos.

En una segunda etapa se espera utilizar un eFuel procedente de la planta de Chile Haru Oni de Exxon Mobile y Porsche. Genera hidrógeno que es combinado con dióxido de carbono capturado de la atmósfera para producir metanol. Se calcula que este eFuel reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en 85%.

En este momento no existe marca de automóvil que no esté incluyendo opciones eléctricas para sus clientes y, también, el mismo cambio se vive en las pistas de automovilismo. Nos parece el camino correcto.