La pandemia destruyó millones de puestos de trabajo en Estados Unidos, pero tuvo el inesperado efecto de aumentar el ahorro de los estadounidenses, especialmente el de los hogares adinerados que se vieron obligados a desistir de gastar en viajes o entretenimiento.
Los hogares en general redujeron drásticamente sus gastos de esparcimiento y los más modestos recibieron cheques de estímulo del gobierno, beneficios de desempleo adicionales y pudieron suspender los pagos mensuales de créditos.
Todo este dinero engrosó las economías de los estadounidenses, que son propensos a endeudarse y consumir generosamente y a crédito.
Así, se ha generado un stock suplementario de ahorro de 1.800 millones de dólares en los últimos once meses, estimaron los gabinetes económicos Barclays Research y Oxford Economics.
«Se estima que ese stock podría llegar hacia el verano (boreal) a 2.500 millones de dólares», dijo Gregory Daco, economista jefe de Oxford Economics.
La tasa de ahorro de los estadounidenses, que era de entre el 7% y el 8% antes de la crisis, se elevó a un nivel récord del 33% en abril de 2020, gracias a un gigantesco plan de apoyo de 2.200 millones de dólares para hogares y empresas, según el Bureau de Análisis Económico (BEA).
Luego retrocedió, antes de saltar nuevamente en enero al 20,5%, gracias a cheques de estímulo de 600 dólares incluidos en el plan de 900.000 millones adoptado a fines de diciembre por el Congreso.
Y podría volver aumentar en la primavera boreal por cuanto el gobierno del presidente Joe Biden se encamina a adoptar un nuevo plan de estímulos por 1,9 billones de dólares.
Pagar las facturas
Si bien en conjunto, los estadounidenses tienen más ahorros, las disparidades son grandes.
Los hogares ricos pudieron ahorrar mucho más que los más modestos, que fueron castigados por la pérdida de empleos. Por otro lado, las ayudas recibidas apenas cubrieron sus gastos cotidianos.
Los hogares más ricos pudieron, en general, conservar sus empleos gracias al teletrabajo. En otros términos, su nivel de ingresos permaneció constante ya que sus gastos disminuyeron y eso generó una expansión del ahorro.
«Casi cuatro de diez estadounidenses (42%) dijeron haber gastado menos de lo habitual desde el comienzo de la pandemia y eso es particularmente el caso de las personas de elevados ingresos», señala una encuesta publicada el viernes pasado por el instituto independiente Pew Research Center.
Casi 53% de los estadounidenses de altos ingresos gastaron menos contra 43% de los de ingreso medio y 34% de los de bajos ingresos.
Si los de ingresos más amplios no gastaron en esparcimiento o viajes, los de ingresos menores dicen haber gastado menos para cuidar especialmente sus finanzas personales
El estudio de Pew muestra que incluso antes de la crisis el ahorro era desigual. «A muchos estadounidenses les resultaba difícil ahorrar dinero», estima.
¿Euforia de consumo?
En general, casi la mitad de los adultos de bajos ingresos (47%) no estaba en condiciones de ahorrar contra 25% en el caso de los de ingresos medios y apenas 8% de los más adinerados.
El ahorro es aún más desigual según la comunidad. Casi 4 de 10 adultos negros (38%) dijo no poder ahorrar contra 31% de los hispanos, 27% de los blancos y 19% de los asiáticos, según el Pew Research Center.
La cuestión pendiente es saber si ese dinero no gastado dinamizará el consumo; pulmón del crecimiento de la mayor economía del mundo.
«Nuestras perspectivas suponen una aceleración bastante rápida del gasto de los hogares en el correr del año que viene y tenemos asumida la hipótesis de que se aprovecharán los ahorros acumulados», señalan los economistas de Barclays.
Añaden que «el alza de los gastos podría ser particularmente fuerte si los hogares sienten un efecto ‘euforia’ (…) tras un período de privaciones».
Eso no es tan seguro, replica Gregory Daco. Si bien también anticipa un repunte del consumo, señala que parte del gasto no realizado durante un año no necesariamente se recuperará.
«Terminada la pandemia ¿van a hacer todos los viajes que hubieran querido hacer el año pasado? ¿Van a viajar en primera clase o en ‘business’ so pretexto de tener más dinero disponible?», se pregunta. «No necesariamente», responde.
Washington, Estados Unidos, AFP