La soberanía y la dignidad nacional a cambio de unas becas

 

Cuando nuestros constituyentes incluyeron el articulo primero de la Constitución patria, la cual reza textualmente así; “La Nación panameña está organizada en Estado soberano e independiente, cuya denominación es República de Panamá. Su gobierno es unitario, republicano, democrático y representativo”. Lo hicieron bajo la premisa que las futuras generaciones y especialmente los gobernantes hicieran respetar la soberanía e independencia del Istmo, por encima de cualquier interés personal o comercial. Es decir que ninguna otra nación o Estado podría influir en las decisiones soberana de la República de Panamá.

Por todos fue conocido el acto de traición de Philippe Bunau Varilla, al firmar un Tratado que daba injerencia a perpetuidad a los Estados Unidos sobre la Republica de Panamá, al otorgarle una franja de terreno y adicional un canal. Convirtiéndose en un país dentro de otro país. Pero en tiempo modernos y bajo una administración lamentable en la Cancillería de la Republica, se dieron a la tarea de arrodillar al país a cambios de unas miseras becas. Y decimos miseras, pues no sabemos a ciencia cierta que se movió detrás de semejante decisión, donde el País no ganaba nada.

El 12 de Junio de 2017 Juan Carlos Varela en cadena nacional, como si fuera un gran logro, salía a decir que había decidido romper relaciones con la Republica de Taiwán, con la cual habíamos tenido más de 100 años de Relaciones Diplomáticas, para a partir de ese momento establecer relaciones con China y por tal motivo en ese momento que él hablaba, en China su Ministra de Relaciones Exteriores, St Malo, firmaba con el Canciller Chino un comunicado Conjunto para establecer relaciones diplomáticas. Hasta ahí se podría entender que era una decisión lógica, para los intereses de Varela, no del país.

Digo interés personales de él, pues Varela no consulto a todos los productores que se verían afectados (carnes, azúcar, mariscos), al no poder seguir enviando sus productos a Taiwán, por medio del TLC, igualmente sucedió con los estudiantes panameños que se encontraban estudiando en Taiwán, donde hasta esa fecha se habían graduados miles de Panameños, de diferentes carreras. Adicional la Cancillería de Isabel St Malo había firmado un acuerdo de cooperación (2014-19) por 72 millones de parte de Taiwán y para colmo la esposa de Varela le había pedido a la Republica de Taiwán le patrocinara una campaña, que incluía la espantosa manta rosada que se colocó sobre la India dormida (300 mil aprox.)

Lo que más ha llamado la atención, de aquella decisión, fuera del cuento del billón de yuanes, es la injerencia abierta y directa de la Republica de China Popular, que impuso y Panamá de rodillas acepto, firmar un Memorándum de Entendimiento poniendo por el piso la soberanía y dignidad de la República de Panamá, al dejarse imponer unas condiciones que atentan contra nuestra soberanía e independencia. Pues basta leer dicho memorandum y del mismo se desprende entre otras cosas que “La Republica de Panamá se compromete a romper relaciones diplomáticas con Taiwán; se compromete a no mantener ningún tipo de contacto oficial de ninguna índole con Taiwán; a darle un plazo de desalojo de la Embajada al personal diplomático de Taiwán y adicional le impone a Panamá que debe derogar todos los tratados y acuerdos firmados con Taiwán, todo esto a cambio de un puñado de becas”

Cuando vemos esa actitud, en donde el país no ganó nada, pues China Popular ya tenía presencia diplomática y comercial en el País, solo que no existía una relación diplomática formal, pero el trato era casi el mismo. Por su parte Taiwán con presencia de mas de 100 años en el país, había sido un socio confiable, democrático, sincero, que nunca exigió que los Chinos Populares no tuviesen presencia en el país. Pues la mentalidad de los países democráticos es la apertura comercial y social de todos.

Recientemente la Cancillería, de la Administración actual, de Laurentino Cortizo, justifico mediante un oficio, que todo lo actuado por St Malo era legal, pues al no existir un procedimiento para el rompimiento de relaciones, lo podía hacer la Ministra, sin autorización del Consejo de Gabinete, la Asamblea nacional, ni nadie. Es decir, mañana amanecemos que Cortizo o Mouynes, rompen relaciones con todos los países de Latinoamérica, y no le tenemos que dar explicación a nadie, y para coronar el pastel de la irresponsabilidad, firmamos MOU para no hablarle a ninguno de esos países, ni tenemos contacto oficial alguno, pues la soberanía es una quimera y podemos, por el ejercicio del cargo, hacer lo que nos dé la gana.

Para quien tenga sentido común, y lo utiliza, puede darse cuenta de que desde el establecimiento de relaciones diplomáticas, con lo Chinos comunistas, eran ellos los que ganaban. Se le daban contratos, licitaciones en el país, terrenos valiosos en el área de Clayton de miles de metros, para su Embajada y a cambio Panamá no recibía nada. perdón le daban 30 becas para estudiantes y un arriendo de un edificio en China, que nunca será de Panamá.

Ojalá nunca regresen los Bunau Varilla, así como los que estuvieron en esa Cancillería en ese momento, donde aceptaron de rodilla, como China Comunista imponía su voluntad en el actuar de Panamá, humillando a un pueblo entero, que se enteró como a escondidas negociaban un rompimiento de relaciones, sin tomar en cuenta que realmente quería el país y el pueblo, que es de quien emana el poder. Varela se fue y ya nadie ni lo extraña, pero dejo herido el orgullo patrio, a cambio de algo que solo él lo sabrá. ¿o será como decían los varelaleaks?

Así veo las cosas y así las cuento

 

 

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