Una reciente encuesta aplicada por Dichter & Neira que en esta oportunidad midió el impacto de los confinamientos en las personas, y difundida por Informe al Día, reveló que el 73% de los encuestados respondió que los confinamientos les resultaron difíciles y muy difíciles. De este porcentaje, el 39% dijo que la efectividad de esta medida es poca o nada.
La Organización Mundial de la Salud, describe a la fatiga pandémica como “la desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas que aparece de forma gradual en el tiempo y que está afectada por diversas emociones, experiencias y percepciones, así como por el contexto social, cultural, estructural y legislativo”.
El 73% de los panameños respondió que los confinamientos les resultaron difíciles y muy difíciles
El aislamiento social, que viene acompañado de la propagación del virus SARS-CoV-2, tiene efectos adversos en las personas, y trae consigo la fatiga pandémica que es ese estado cuando la gente se siente mal por la pandemia y sus efectos. Cambios en los patrones de sueño, tristeza, enojo, entre otros sentimientos negativos que se presentan.
El doctor José Calderón, médico siquiatra, explicó que esta disrupción social, resulta en una circunstancia anómala que requiere de esfuerzos adicionales para adaptarse. El ser humano es un ente social por definición, agregó el galeno.
La virtualidad logra disminuir un poco este impacto en quienes disponen de los recursos tecnológicos para comunicarnos sin contacto físico, como dijo, reiterando que al ser distinta toca adecuarse.
El especialista aclara que, la pandemia por sí sola no tiene por qué alterar nuestra salud mental.
“Debemos aludir a nuestra natural capacidad de adaptación y aprender a manejar el estrés generado frente a situaciones amenazantes”, expresó.
El médico manifestó que, la incertidumbre y la variación de las medidas de aislamiento y movilidad se convierten en factores estresantes que se alejan de nuestro control.
Pero también recomendó a las autoridades no causar más incertidumbre con las medidas que adoptan y que no se atribuya a la pandemia la aparición de alteraciones mentales. “Las personas tenemos mecanismos de regulación y control que en estos momentos se ponen a prueba”, puntializó.
DP. El aislamiento social que impone la pandemia, ¿qué efectos está teniendo en la salud mental?
JC. Las dificultades para esta adaptación pueden generar reacciones de estrés sostenido que podrían llegar a convertirse en síntomas de alteraciones emocionales, predominantemente de ansiedad y en algunos casos síntomas depresivos, sobre todo en aquellas personas que ya padecían de trastornos de estos tipos antes del confinamiento.
DP. ¿Cómo se manifiesta en las personas esta nueva realidad?
JC. El temor al contagio y la dificultad económica se pueden considerar factores desencadenantes de crisis en diversas condiciones preexistentes y en el menor caso de reacciones de adaptación al normal estrés que causa la nueva circunstancia.
DP. Los niños han permanecido en aislamiento social por períodos prolongados de tiempo. ¿Qué efectos tienen los confinamientos, restricciones, en su crecimiento y salud mental?
JC. Creo que son los más afectados en su desarrollo futuro, pero esto será relativo a los tiempos de confinamiento más o menos prolongados. Entre más largo sea el período de aislamiento, mayor será el daño que se observará cuando reanude su contacto social con otros infantes. También es cierto que los niños son más adaptables que los adultos a todo tipo de cambios, pero es claro que el desarrollo individualizado no es lo deseable para una sociedad humana saludable, sino el desarrollo colectivo que deberíamos recuperar en cuanto las circunstancias sanitarias lo permitan.
DP. ¿Qué síntomas son indicativos de que debemos pedir ayuda profesional?
JC. Siempre que la capacidad para ejercer las funciones habituales se vea afectad. Cuando las relaciones interpersonales sufran un inusual deterioro, cuando las funciones vitales se vean sostenidamente afectadas como el sueño, apetito, y energía. En el momento en que no se logra disfrutar de las actividades o placeres que usualmente satisfacían, y sobre todo cuando los pensamientos como: es mejor no existir o que la vida no tiene sentido, entre otras situaciones, es una alerta que indica que es momento de recurrir a la ayuda profesional.
DP. Qué recomendaciones daría para mantenernos saludable en tiempos de aislamiento social.
JC. Mantener la actividad física lo más constante y prolongada posible. Mantener la mente ocupada, con lecturas, escrituras o actividades creativas. Tener el mayor contacto virtual con otras personas.
Si estamos en teletrabajo, saber distribuir el tiempo y limitar el tiempo de trabajo a horas establecidas y usar tiempo de ocio en descansar y ocuparnos de otros asuntos
Infórmese lo suficiente para saber cómo conducirse de acuerdo con la normativa vigente, pero evite estar constantemente pendiente de noticias alarmantes y sobre todo aléjese de las polémicas en redes sociales con informaciones y comentarios de dudosa confiabilidad.