Finalmente, para hoy miércoles estaba programada la llegada a Panamá de las primeras 12 mil 840 dosis de la vacuna de Pfizer/BionTech. Para las 2:00 am se anunciaba el arribo de las mismas al Aeropuerto Internacional de Tocumen. Con este primer lote arranca el tan esperado proceso de inmunización con el que, al igual que en el resto del planeta, se inicia el retorno a la nueva normalidad.

A medida que avance el proceso de vacunación y se alcancen los umbrales señalados como de “inmunización de rebaño”, la mentalidad general pretenderá volver a lo que era el mundo antes del 2020: de retomar la realidad que nos vimos forzados a abandonar con la irrupción del coronavirus. Peca de ingenuo quien alimente esa esperanza.

El mundo no volverá a ser lo que era. Los cambios ocasionados por la pandemia son numerosos y su alcance abarca prácticamente todos los campos de la vida moderna. Desde los usos personales hasta los comerciales resultaron radicalmente transformados.

Cuando la crisis sanitaria sea superada, el coronavirus SARS-CoV-2 nos acompañará permanentemente, por lo que las medidas de bioseguridad como el lavado de manos, el uso de mascarillas y el distanciamiento social nos acompañarán durante un largo tiempo aún.

El proceso de digitalización que ya se estaba llevando a cabo, resultó acelerado vertiginosamente por la pandemia ocasionando cambios profundos y permanentes en aspectos como la salud, la educación, el comercio y hasta el modo de trabajar, entre muchos otros. Las compras y los pagos en línea, el teletrabajo, las clases virtuales, el auge de las videoconferencias, las consultas médicas en línea cambiaron radicalmente el paisaje del hacer humano.

Estas múltiples nuevas maneras de llevar a cabo los procesos y tareas no pueden ser desechadas: si queremos sobrevivir en el mundo que se perfila luego que superemos la pandemia, tenemos que asumirlas e integrarlas a nuestra nueva normalidad. Una normalidad entretejida por el conocimiento, la tecnología y una constante carrera de innovación y creatividad.

Una nueva normalidad con una excesiva carga de incertidumbres y ansiedades, pero también portadora de infinitas posibilidades para quienes estén dispuestos a adaptarse a los nuevos requerimientos y condiciones que marcan la transición hacia el porvenir.