Las cálidas calles del pueblo tableño permanecen vacías, la gente sale poco y se resguarda en sus casas. El temor al «bicho» como le dicen crece más y más. También crece la preocupación por la situación económica que con la pandemia ha recrudecido el panorama que no era alentador ya.
Fuera del sector agrícola y ganadero, columna vertebral de la enconomía santeña. El turismo que crecía positivamente se ha afectado a magnitudes escandalosas. El desfile de las Mil Polleras es un claro ejemplo. La no realización del evento dejará un hueco de más de 25 millones de dólares en la ya flagelada economía de la región.
Artesanos, comerciantes, puestos de comidas, producción de carros alegóricos y tantos otros sufren hoy el embate frontal del desalentador panorama que ha dejado el nuevo coronavirus, descubierto en Wuhan hace ya un año.
Una cadena
En las últimas celebraciones del desfile de las Mil Polleras, la capital santeña vio desfilar hasta 17,000 empolleradas. Una cifra sorprendente si se analiza el ritual para vestir de pollera a una mujer. Es un engranaje que implica desde alquilar la pollera si no la tienes, enviarla a lavar y plancharla, eso por un lado. Por el otro, están el tema de las joyas, tembleques y maquillaje. En cada uno de estos procesos hay cientos de personas detrás que se benefician.
Así sucede con la confección de carros alegóricos, que involucra diseñadores, talladores, armadores, logística, celadores. Todas estas personas tienen familias que sobreviven con las ganancias de quienes trabajan para presentar este espectáculo cultural.
Reynaldo Saavedra gerente de la empresa Rey Designer Panamá, dedicada a la confección de carros alegóricos para empresas privadas y entidades del Estado, señala que el impacto negativo es demasiado fuerte, pues es una cadena que involucra gran cantidad de personas y que representa un gra respiro económico para la región de Azuero.
Saavedra manifesta que eventos de este tipo donde se producen entre cinco y siete carros por año, la empresa trabaja por más de siete días. «En mi caso, son unas 25 personas las que trabajan para producir los carros para este evento. Hoy son 25 familias las que no tendrán esa entrada», resaltó.
Añadió que para el desfile de las Mil Polleras son alrededor de 25 empresas las que se dedican a la confección de carros alegóricos para este desfile.
Salomón Zarzavilla es especialista en temas de polleras, su familia es una de las de mayor trayectoria en la confección de polleras en la región de Azuero. Sostiene que con esta desafortunada situación producto de la pandemia, empresas como la suya ya registran pérdidas pues se preparan desde un año antes con la confección de nuevas polleras, vestidos y joyas para desfiles y carnavales, pero dado el estado de emergencia, esa inversión no registrará ganancias por la cancelación de eventos como las Mil Polleras.
Para Zarzavilla este desfile representa un mayor aporte económico que los mismos carnavales pues todas sus polleras, arreglo y lo que esto conlleva tienen total movimiento para las Mil Polleras.
«En mi caso, son 35 polleras que este año no se podrán usar, producto de la pandemia. Un hecho que representa pérdida para muchos artesanos, músicos, artistas, dueños de fondas y para el comercio en general», expone Zarzavilla quien agrega que el gobierno debe prestar atención a esto.
En el desfile de las Mil Polleras del año pasado participaron según datos de la Autoridad de Turismo de Panamá, más 100 delegaciones de los sectores público y privado con la participación de unas 250,000 personas. La planta hotelera de provincias centrales (Coclé, Veraguas, Herrera y Los Santos) estuvo ocupada al 100% el fin de semana del evento que se realizó el 11 de enero del 2020.