Esas cosas solo ocurren cuando se tiene la certeza de que, de ninguna manera, el oso podrá escapar. O cuando la novia, palabra en boca, le ha dicho sí al novio con la sílaba en los ojos humedecidos, sobre todo cuando por años la comunidad nacional ha sido testigo de la recurrente lentitud con que el Ministerio Público aborda sus negocios.
De otra manera resulta imposible entender cómo, a un titular periodístico de la mañana le sigue una decisión de la tarde en el mismo día con solo horas de distancia, mientras que otros desbarajustes no salen, por años, del nivel de hecho punible. Da para sospechar que, con la decisión de la Fiscalía Anticorrupción de investigar los viejos ventiladores, algo se venía cocinando, que hay un reconcentrado tufo a componenda con propósitos ya definidos.
Y no se puede decir que fue un madrugonazo porque en la madrugada de este jueves lo que ocurrió fue el despliegue de primera plana del periódico La Prensa anunciando, desde su muy particular punto de vista, la consumación de un acto bajo el título de: “Ventiladores viejos: un negocio redondo”.
Sí, redondo, como la pupila del venado, que, sin embargo, se queda inmóvil cuando el cazador le coloca, inquisitiva, la lámpara ante la mirada. Como está el rotulo de la primera página pareciera que alguien se hizo japay con los oxidados tornillos del equipo y que la decisión del MP, de investigar los “ventiladores viejos” podría ser resultado de un rayo vespertino que haya entrado por la ventana de uno de los cubículos del edifico Avesa, y cual hombre araña le dijera al titular: “aquí te tengo un regalo”, y claqueta sonada, la cámara entró en acción.
¿Remember los años de la procuraduría paralela, cuando las noticias llegaban a los diarios antes que los interesados se enterarán? Pues así parece que está funcionando la cosa, al término que se podría pensar que la Unidad investigativa del periódico de la 12 de octubre puede estar contando, otra vez, con un delegado permanente en las escaleras traseras del inmueble.
Sucede que la compra de los 40 ventiladores adquiridos por el Ministerio de Salud al unitario precio de 31,930 balboas se registró tras una “Requisición para la compra de materiales y equipos” generada por la Dirección de Provisión de Servicios de Salud, luego de conocer los informes y las previsiones elaboradas por el Consejo Asesor de Salud que colocaban al país con un numero de contagiados que oscilaba entre 24 mil y 122 mil, solo dos meses después de anunciado el inicio de la pandemia.
Lo que fue una acción de urgencia, encabezada por el Ministerio de Salud dirigido entonces por la ministra Rosario Turner y motivada por la preocupación de salvar vidas, es presentado ahora por el conocido diario como “negocio redondo”, cuando a estas alturas la operación no ha sido sancionada por Contraloría, la empresa no ha gestionado pago alguno y tampoco recibió ningún anticipo.
Basado más en sospechas carentes de evidencias y en medias verdades, el artículo firmado por Mari Trini Zea omite decir si lo que llama “ventiladores viejos” ¿se destartalaron en el camino o si siguen funcionando? ¿Si dejaron a medio palo los tratamientos a los pacientes o si fueron eficientes? Claro, en la versión de La Prensa No es eso lo que interesa, no es la vida del paciente sino la posibilidad de encontrar un resquicio por donde colar la duda y la sospecha, que concluidas o no en su investigación, permitan construir la falta de credibilidad y hasta el señalamiento malsano por muy superficial que sea.
¿Negocio redondo de quién? Al menos con la supuesta investigación del medio, podían permitirse señalar a los responsables directos, pero no lo hacen por una sencilla razón: la especulación no les da para eso.
Pero el Ministerio Público está listo para terminar el trabajo, aunque haya sido incapaz en mas de cinco años de resolver los temas de Odebrecht, o las donaciones extrañas al expresidente Juan Carlos Varela.
Un titular como el de La Prensa sobre los ventiladores o la velocidad de acción de una Fiscalía, como lo ha hecho la anticorrupción, solo sugiere la presencia de una evidencia contundente, de una sorpresa en el acto o un movimiento irrefutable, pero hay un problema….dónde están los ejecutores, a quienes se refiere…en todo caso la situación no es nueva, ya hablaron de alquileres de autos como gastos superfluos y la verdad resultó ser que ahorraban recursos al estado; hablaron de negociados de ventiladores y lo cierto era que la operación nunca se había realizado.
Lo cierto es que cual cegato enano de espejuelos grandes, buscan en el suelo la diferencia entre un churú y un grano de arroz, tan solo para tropezarse con la misma piedra.