La unidad ante la crisis ¿Quién se opone?

La convocatoria del arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa para crear espacios de concertación en medio de la actual crisis sanitaria, los reiterados llamados del gobierno nacional en ese sentido y los marcados contrastes que revelan los medios locales este lunes hacen preguntar: ¿Quién bloquea la unidad nacional y cómo lidiar con eso?
Esta mañana, por ejemplo, la tónica salta a la luz. Mientras que desde el gobierno el Plan Panamá Solidario superó los dos millones de bolsas de comida repartidas, más bonos y vale digitales, y se anuncia el inicio de la Banca de oportunidades con tasas blandas de préstamos entre un 6 y 9 por ciento, hay quienes pretenden que el incremento de cifras de la pandemia es resultado de malas estrategias oficiales.
No importa que entidades tan renombradas como la universidad de Medicina John Hopkins evidencie la forma inusitada como crecen las cifras a nivel mundial, aquí hay quienes buscan formas, cualquiera que sea, de culpar al gobierno. No se trata de la novedad del fenómeno, y menos de las falencias generalizadas de un sistema que trae deficiencias de arrastre, no, se trata del gobierno, según ellos.
Este fin de semana el director de la Caja de Seguro Social, Enrique Lau, recorrió las paralizadas obras de la Ciudad de la Salud, aquella que debió estar lista en 2015. “En busca de “esperanzas entre las ruinas” dijo Lau, pero ninguno de los críticos del gobierno alude a la paralización caprichosa que tuvo una obra que, de haber estado funcionando hubiera presentado otra perspectiva para el país.
Pocos son los que recuerdan que el actual drama se hubiera podido encarar mejor si hubieran estado listos los seis hospitales que se dejaron de construir en el quinquenio pasado, sino hubieran sido reales las deudas millonarias que se heredaron. Pero ya sea por afinidades políticas, intereses de clases o aspiraciones políticas a futuro, hay quienes soslayan estas realidades sin importarles el daño que han hecho.
Es lo que el arzobispo Ulloa ha llamado la “politiquería”, o lo que el presidente Cortizo definió como “uno halando la basta del pantalón al otro”, mientras se hacen esfuerzos por salir del atolladero, que no creo la actual administración, pero que ha encarado con todos los recursos a su disposición y buscando cuando no los hay.
En más de un artículo dije, desde marzo pasado, que el debate entre panameños debía posponerse y centrar todos los esfuerzos y recursos en combatir la pandemia. En “salvar vidas” como dijo desde el día uno el presidente Cortizo. Es posible que como en el caso de Guayaquil, a estas alturas tuviésemos mejores resultados, pero definitivamente hay quienes parecen más interesados en la diatriba y el debate, que en enfrentar seriamente una pandemia que cada día se torna más peligrosa, que cada día se lleva la vida de más y más amigos, familiares y panameños en general.
Es un hecho que el gobierno nacional tiene pues, dos enemigos, la pandemia y aquellos que con su actitud y sus campañas, tratan de menguar recursos y generar frustraciones que le bajen la moral a la sociedad y a sus dirigentes.
En los 125 días que lleva la pandemia, los detractores hablaron del colapso del sistema, de las explosiones sociales, del hambre incontenible y del supuesto futuro oscuro que espera al país. No solo no ha colapsado el sistema, sino que el gobierno ha dado muestra de una enorme capacidad para asimilar los retos. Tampoco ha habido el pronosticado estallido social, para beneficio y protección de los mismos que más que un augurio lo plantearon casi que como un deseo. Tampoco ha aparecido la hambruna anunciada y después de los anuncios presidenciales del primero de julio pasado, pocos son los que se atreven a arriesgar profecías, cuando hasta los organismos internacionales hablan de la rápida reactivación económica de Panamá.
La línea divisoria parece cruzar entre los que se esfuerzan por enfrentar la pandemia, buscando unidad de acción, tramitando recursos y creando condiciones para la reactivación económica post pandemia, y aquellos que hacen del tema político un instrumento para vender frustraciones y apelar a insultos.
“No nos van a desviar de nuestro camino” ha señalado reiteradas veces el presidente Laurentino Cortizo, que encabeza un equipo que desde el día uno ha salido a cazar a un enemigo invisible, impredecible y sigiloso, más allá de nuestras fuerzas como lo es el virus covid-19.
El único argumento que en apariencias les queda es el de la transparencia. Allí se tomó el tema de los ventiladores como caballito de batalla, injuriaron a cuantos pudieron, casi que pidieron la renuncia del gobierno y promovieron humillaciones, respecto a una operación que nunca se completó, y claro -dirán- que no se completó por la denuncia ciudadana. Pero bueno sería que mostraran al país un solo centavo dilapidado, o una operación concluida y avalada por la Contraloría.
Ningún asombro causaría si en el futuro inmediato estas diferencias se agravan. Estoy tentado a pensar que jamás será superada porque lo que está en el fondo de la disputa es la orientación de los recursos, una agenda política con claros planteamientos desde el primero del julio de 2019, cuando Laurentino Cortizo Cohen anunció la opción de la Sexta Frontera, de saldar el compromiso social con este país, que algunos de sus antecesores no solo evadieron sino que omitieron con toda intención. Por ejemplo, el programa de Invalidez, Vejez y Muerte.
El sentido común, y sobre todo el de la comunidad nacional indica que la administración Cortizo-Carrizo no puede fracasar en la actual etapa porque sería el fracaso del país, pero no sería errado pensar que haya quienes vean en ese posible fracaso su propia sobrevivencia política.
Esos son los que al final de día se oponen a los espacios de concertación de que habla el obispo Ulloa; son los que debieran revisar su agenda, la distancia que hay entre lo que dicen y lo que hacen porque al final del día  son las unidades del cuerpo sanitario del Minsa, los voluntarios del Plan Panamá Solidario, los investigadores sociales y las unidades de los estamentos se seguridad del Estado los que están tocando puerta y llegando de casa en casa(JBV)
Comparte esta Noticia
Escribir Comentario