La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha calificado como «buena» la conversación que ha mantenido con el empresario Carlos Slim para dar a conocer el plan de inversiones en el país para el que necesita el apoyo del sector privado y, en particular, de las empresas del magnate.
En su conferencia matutina de este miércoles, la mandataria ha explicado que durante el encuentro han podido departir sobre las inversiones actuales de Slim en México y ha aprovechado para mostrar su interés en que siga desarrollando estas partidas en el territorio.
Además, ha recalcado «la importancia» de la inversión privada para avanzar en el programa de relocalización regional y le ha expuesto su plan de inversión en infraestructura pública para impulsar el desarrollo del país y su crecimiento económico «basado en el bienestar».
En esta línea, la presidenta ha querido trasmitir calma ante la polémica reforma judicial y ha hecho algunos anuncios para atraer más inversiones.
«Hablamos en términos generales de cómo ve al país. Se interesó mucho en los planes gubernamentales. Es un hombre culto con el que vale la pena hablar y nos va a ayudar a salir adelante», ha asegurado Sheinbaum tras el que ha sido su primer encuentro con uno de los empresarios más importantes de México desde que es presidenta.
Sheinbaum ha arrancado su mandato este mes de octubre con la vista puesta en mantener una buena relación con los empresarios nacionales e internacionales, motivo por el cual se ha reunido también en la última semana con líderes empresariales de Estados Unidos, que le aseguraron una inversión de 20.000 millones de dólares (unos 18.400 millones de euros) durante 2025.
En esta línea, la presidenta ha querido trasmitir calma ante la polémica reforma judicial y ha hecho algunos anuncios para atraer más inversiones, como la creación de una agencia de transformación digital con el objetivo de reducir trámites para atraer más inversiones al país.
Entre otras reuniones con empresarios, Sheinbaum se ha visto con responsables de CAF, Siemens o Alstom, compañías fabricantes de trenes, para ver qué posibilidades tienen de poder construir más convoyes de pasajeros en los próximos seis años.