A la deriva

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enfrentado serias acusaciones y sospechas sobre su desempeño durante la pasada pandemia. Las polémicas reformas propuestas para cambiar los protocolos de manejo de futuras pandemias, junto con incidentes recientes como la declaración equivocada sobre la causa de muerte de un ciudadano mexicano, han minado su credibilidad. La OMS afirmó que el paciente murió por gripe aviar, pero el Gobierno mexicano desmintió este comunicado, indicando que la muerte fue por complicaciones de diabetes y fallo renal.

Este incidente destaca la necesidad urgente de un nuevo liderazgo en la OMS que garantice que la institución cumpla con su propósito. Para ello, es crucial que recupere la credibilidad y la confianza de las naciones en las que opera. Las instituciones creíbles pueden operar de manera más eficiente, enfrentando menos resistencia y desconfianza, lo que facilita la implementación de políticas y programas.

En conclusión, la credibilidad es esencial para que las instituciones funcionen de manera efectiva y estable. Sin credibilidad, las instituciones pierden la confianza del público, lo que deteriora la relación entre estas y la ciudadanía, y dificulta que se alcancen los objetivos que son su razón de ser. La OMS debe restaurar su credibilidad para cumplir su papel vital en la salud global, asegurando la confianza y cooperación de las naciones que dependen de sus directrices y apoyo.

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